Las protestas en Latinoamérica regresaron debido al creciente descontento que han generado las largas cuarentenas y el desempleo a causa del paso de la pandemia. El pesimismo parece apoderarse de muchos ciudadanos que no ven una solución clara a la crisis por el coronavirus.
Protestas en Latinoamérica
La tensión ha ido creciendo en la región y lo que en muchas ocasiones comenzó como manifestaciones leves, ha terminado en protestas en diferentes naciones de Latinoamérica.
Todo esto, mientras el continente es el epicentro del coronavirus en el mundo. Con una cifra de contagiados que se acerca rápidamente a los 4 millones y el número de muertes pasa de 150.000. Aunque las normas de confinamiento y distancia social se han cumplido en la mayoría de los países, la curva de la pandemia no cede.

Para muchos, este ha sido el principal desencadenante del descontento en la región, familias enteras se enfrentan a la debacle económica sin recursos para el día a día. Comenzando así, a desesperarse y a pedir soluciones por parte de los gobiernos que les ayuden a solventar su situación.
En Argentina, por ejemplo, la cuarentena ha sido larga y estricta. La nación llegó a los 120 días de confinamiento, por lo cual los ciudadanos ya han hecho diversas protestas sociales reclamando sus derechos.
Cacerolazos en Chile
En el país suramericano se convocó a un reciente cacerolazo que terminó con protestas violentas en Latinoamérica. La intención de los ciudadanos era hacer presión para que se apruebe una ley que les permita realizar retiros anticipadamente del fondo de pensión. De esta manera, las familias podrían tener algún ingreso para ayudarse en medio de la crisis económica que viven a causa de la larga cuarentena.
En la capital chilena encapuchados incendiaron una veintena de autos e incluso un autobús perteneciente al transporte público. A pesar de que en el país actualmente está en vigencia un toque de queda, quienes participaron de la protesta formaron barricadas y se reportaron saqueos de supermercados en varias zonas de la ciudad.
Las protestas dejaron más de 60 detenidos y La Ley que generó el conflicto fue aprobada al día siguiente por los diputados, a pesar de que Piñera había manifestado su oposición a la misma. Se espera la aprobación por parte del Senado.
Descontento en Bolivia
Por otra parte, en el país del altiplano, Bolivia, más de cuatro mil manifestantes salieron a marchar a pesar de la cuarentena. Esto sucedió en La Paz donde los bolivianos dicen estar frustrados por la cantidad de despidos masivos que ha dejado la pandemia en su país.
Los ciudadanos denuncian que el actual gobierno de Jeanine Áñez no cumplió su palabra de respetar la inamovilidad laboral, y por eso, ellos están defendiendo la estabilidad laboral prometida. La manifestación cumplió su objetivo de llegar hasta el palacio gubernamental de forma pacífica.
Aunque en otra ciudad del país, Cochabamba, se presentaron altercados días anteriores, que terminaron siendo reprimidos fuertemente por los organismos de seguridad.
Quejas por parte del personal de salud en Panamá

Otra de las protestas que se ha vivido en Latinoamérica y el Caribe tiene que ver con la frustración por parte del personal sanitario al intentar contener la magnitud de la pandemia. En Panamá, por ejemplo, se multiplicaron este tipo de manifestaciones donde exigen equipos adecuados de protección e insumos.
El personal médico denuncia que cada vez más médicos y enfermeras se están contagiando y deben quedarse en casa, aumentando así el número de pacientes en relación con la tasa del personal disponible.
¿Se generalizarán las protestas en Latinoamérica?
El investigador en temas de la región del Real Instituto Elcano, Carlos Malamud, no ve probable que por ahora se generalicen las protestas en Latinoamérica y el Caribe. Aunque sí afirmó que la gestión de la crisis por parte de los gobiernos puede aumentar considerablemente la tensión ciudadana.
El deterioro de la economía es clave para medir el descontento de la población, en especial en naciones que ya venían movilizando y realizando manifestaciones aún antes de la llegada del coronavirus.
La realidad es que, a más de 4 meses del inicio de la pandemia, los mandatarios de la región intentan mantener sus economías. Tarea difícil teniendo en cuenta que, según cálculos de la CEPAL, se perderán casi 3 millones de compañías y unos 8,5 millones de empleos en la región, con una contracción económica que supera el 9%.