La administración del presidente Donald Trump anunció el pasado miércoles una política que pone en un hilo la vida de muchos refugiados. Y es que se ha hecho pública una drástica reducción en la cuota de refugiados admitidos en el país norteamericano.
A tan solo un mes de las elecciones presidenciales, se da un anunció inaudito. No más de 15.000 personas serán recibidas en suelo estadounidense para el venidero 2021. Una reducción significativa (sobre el 16%) en comparación con las cifras de este año.
Se conoce que las razones de esta disminución se atribuyen a la pandemia por coronavirus y, en parte, a las nuevas políticas presidenciales que se avecinan. Sin duda, una noticia que una vez más, atenta contra las posibilidades de muchos refugiados extranjeros.
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Una vez más los refugiados en la mira de las políticas de Donald Trump

Históricamente se conoce, conforme al Acta de refugiados de 1980, que cualquier determinación relacionada con los refugiados para el próximo año fiscal, debe darse antes del 1 de octubre. El presidente antes de la determinación, debe hacer una consulta ante el Congreso aun cuando la última palabra sea su potestad.
El presidente Donald Trump procedió a la congelación de los refugiados en el mes de marzo, a propósito de la pandemia por coronavirus. En esta oportunidad, las razones de tal decisión obedecieron justamente, a la necesidad de proteger a los ciudadanos estadounidenses.
Muchas versiones han girado en torno a una decisión que pareciera atentar en contra de los refugiados. Sin embargo, autoridades estadounidenses han dicho que:
- La administración está comprometida con la historia del país de liderar el mundo en proveer un lugar seguro para los refugiados (Así lo señaló Mike Pompeo, Secretario de Estado)
- Estados Unidos sigue siendo el mayor de los contribuyentes al alivio de la crisis humanitaria a nivel mundial y esta tarea la seguiremos haciendo (Dijo Pompeo a los periodistas de Roma en conferencia sobre libertad religiosa)
Sin embargo, muchos defensores de los derechos de los refugiados sostienen que las acciones del gobierno actual no muestran eso. Es más, desde que Trump asumió la presidencia el número de refugiados se ha reducido considerablemente (en más de un 80%).
Para este 2020 el gobierno de Estados Unidos había permitido la entrada de un poco más de la mitad del tope estimada en 18.000 refugiados (antes de la suspensión del programa por el coronavirus).
Este tope ya era considerado el más bajo en toda la historia de refugiados admitidos en el país. Se suma a esta ola de preocupaciones, además de la historia que se conoce, el hecho de que también se anunció que no se daría más información vinculada con las estadísticas sobre el reasentamiento de refugiados 2021.

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Defensores de los refugiados: Una apelación fallida ante Trump
Muchos de los defensores de los refugiados han señalado que la administración del presidente Trump está destruyendo un programa que venía desarrollándose con el apoyo bipartidista considerado. Además, como una de las posibilidades más sensatas para proteger a las personas más vulnerables del mundo.
Obviamente, aún todas las cartas no están en la mesa. Los defensores de los refugiados han pedido a la dirección de Trump un aumento en el número de admisiones. Las razones sobran: Conflictos globales y la pandemia.
- Hoy más de 80 millones de personas han abandonado sus hogares. Una cifra alarmante que viene duplicándose en diez años.
- Joe Biden, el candidato más competitivo de la venidera contienda presidencial ha señalado su compromiso en aumentar el número de refugiados a 125.000.
Frente a una promoción como esta, el señor de la Casa Blanca declaró que Biden se muestra débil, razón que le obliga a hacer este tipo de ofrecimientos. Una oferta que pone en peligro la economía de los estadounidenses. Además, traer gente de lugares peligrosos, no es una opción sólida para ningún tipo de gobierno.

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Indudablemente, decisiones de esta naturaleza generan consecuencias económicas, políticas y sociales. Hoy, se encuentran decenas de oficinas de reasentamiento cerradas. Una de las mayores razones ha sido la caída de la financiación federal. Esta situación está vinculada con las estadísticas de refugiados admitidos en los Estados Unidos.
Esta reducción se está replicando en otros países y está traspasando fronteras. De hecho, otros países están cerrando sus puertas a inmigrantes y refugiados.
La admisión de los refugiados es una posibilidad para muchos extranjeros: unos alcanzan la libertad, unos logran reunirse con sus familiares, unos cumplen sueños profesionales, otros crecen y les cambia la vida. Sin duda, unos con suerte y otros quizás, con muchas esperanzas.
El presidente del Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados (una agencia financiada por el gobierno federal encargada de reasentar a los refugiados en los Estados Unidos), Krish Vignarajah dijo:
«Estamos hablando de decenas de millones de familias desesperadas sin un lugar a donde ir y sin esperanza de protección a corto plazo».
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Es un tema humano, ético y quizás, hasta algo complicado. Para nadie es un secreto, la pandemia global que se vive, los problemas políticos, económicos y sociales que se enfrentan a nivel planetario. Sin embargo, se espera una salida justa.
No se pueden resolver problemas tan decisivos en la vida de un ciudadano, de una manera tan deliberada o injusta. Se espera una reconsideración que beneficie al país americano, a los refugiados y al mundo. Se espera y aboga por equidad y solidaridad.