Cuando estábamos en medio del árido paisaje deportivo de abril y mayo, parecía natural asumir que el hambre de ver grandes eventos se incrementaría cuando finalmente regresaran. Sin embargo, el futuro trajo consigo un ambiente poco alentador. De hecho, sería completamente justo decir que la audiencia de los deportes ha sido un poco decepcionante.
Sin más opciones que los juegos clásicos o los documentales, la única salvación fue la promesa de una cornucopia otoñal que nos diera nuestra dosis de deporte y algo más. Pero la idea de que el regreso de los deportes traería automáticamente a los fans a sus televisores en grandes cantidades ha resultado ser inexacta.
La pandemia ha generado fuertes y drásticos cambios. No solo en nuestros estilos de vida, sino en la adopción de una nueva cultura. Resulta difícil adaptarse a jornadas deportivas que atentan con los hábitos tradicionales de sentir y vivir la emoción del deporte en vivo.
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Razones de la caída de los índices de audiencia deportiva en EE UU
La audiencia de las finales de la NBA ha disminuido. Algunos lo atribuyen a los jugadores que protestan por la injusticia social. Sin embargo, los índices de recepción en casi todos los deportes también cayeron:
- Con un 61% se registró la peor cifra de audiencia en la final de hockey hielo (NHL) en 13 años.
- Con una pérdida del 43% de sus espectadores la famosa carrera de caballos Kentucky Derby, registró la peor baja de la historia.
Resulta que puede haber demasiados deportes para ver. Y cuando se combina esto con los cambios en el estilo de vida durante la pandemia de COVID-19, hay tanto una explicación para la caída en los números como una advertencia a largo plazo para los deportes.
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Los índices de la burbuja de Orlando de la NBA han sido mediocres en general. Además, la audiencia de las finales hasta ahora ha sido históricamente pobre:
- Los índices de las Finales de la Copa Stanley bajaron un 61% con respecto al año pasado, con un promedio de 2,1 millones de espectadores.
- La ronda final del Abierto de Estados Unidos tuvo 3,2 millones de espectadores, por mucho la menor cantidad en los últimos 30 años.
- El torneo de tenis del Abierto de EE.UU. cayó bruscamente en ESPN, un 45% menos que el año anterior. El Abierto de Francia ha bajado un 57% hasta ahora en NBC.
- El Derby de Kentucky, que normalmente tiene alrededor de 15 millones de espectadores, solo tuvo 9.3 millones en su horario reprogramado en septiembre.
- Incluso la NFL, que ha tenido algunos puntos brillantes en los índices hasta ahora y parece mantenerse estable, ha tenido problemas para conseguir espectadores en ciertas ventanas como el jueves por la noche, que ha registrado bajos consecutivos en los juegos del horario estelar.
En otras palabras, el patrón es claro, y debería llevarnos a examinar lo que realmente está pasando. En general, la atracción televisiva de espectadores deportivos es un tema de nicho que sólo importa dentro de la industria, y aun así, la cobertura que reciben en los medios de comunicación a menudo lleva a la gente a aprovecharlos para promover una narrativa en particular.
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Cuatro factores que se contribuyen al bajo
rating en los deportes
Los factores que afectan la caída de la audiencia televisiva en medio de la pandemia planetaria se atribuyen, principalmente, a estos cuatro factores:
Hay un cierto nivel de canibalización en el calendario
Por ejemplo, el primer partido de los Rays y Yankees de la División AL tuvo 2,3 millones de espectadores en TBS. Un tercio menos que el año pasado.
El año pasado, el partido de béisbol se enfrentaba a una emisión de «Monday Night Football». Pero el partido de esta semana de los Rays-Yankees competía con dos partidos de la NFL porque uno de ellos se había reprogramado para el domingo debido a un brote de COVID-19.
No es parte de nuestro ciclo natural ver deportes en las tardes de la semana o los partidos de las finales de la NBA en octubre o las carreras de la Triple Corona en un sábado de fútbol universitario.
«Ciertamente, nos hemos acostumbrado a ver ciertas cosas o a que ciertos deportes formen parte de nuestras vidas en algunas épocas del año»
…dijo Dennis Deninger, ex ejecutivo de producción de ESPN.
«Si se trasladan los deportes de sus posiciones naturales a lugares que no son familiares, compiten con los deportes que tradicionalmente se ven en esos períodos de tiempo «.
Además, la falta de aficionados en las gradas es una señal psicológica de que estos juegos no significan tanto.
«La multitud enloquecida es parte del encanto de ver deportes en la televisión».
La elección presidencial y un clima político complicado
«La recepción en las cadenas de noticias por cable ha aumentado significativamente, y ahora mismo, especialmente una vez que el presidente obtuvo COVID, eso es todo lo que cualquiera estaba viendo»
…dijo Karp, editor gerente/digital del Sports Business Journal que sigue de cerca los índices de audiencia y la industria de la televisión deportiva.
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Netflix es un fuerte competidor
En los primeros seis meses de 2020, Netflix añadió 5,2 millones de nuevos hogares suscritos en Estados Unidos y elevó su total a casi 73 millones. No tienen ningún deporte. Independientemente de cómo haya cambiado el horario, se puede ver lo que se quiera y cuando se quiera y escapar a la ficción. Esto ha capturado la atención de millones.
Existe un cambio en los hábitos de la gente
Hay una pregunta existencial de la que nadie sabe realmente la respuesta. ¿Ha cambiado la pandemia el comportamiento y los hábitos de la gente de una manera que será difícil que los deportes se recuperen cuando la vida vuelva a la normalidad?
Para millones de estadounidenses, la rutina de ir al trabajo, volver a casa, cenar y acomodarse en el sofá para ver un partido no ha formado parte de sus vidas durante siete meses.
Han estado trabajando desde casa, educando a sus hijos, desarrollando nuevos hobbies para ocupar su tiempo libre y viendo la televisión cuando se ajusta a su horario.
Lo que se vive en la actualidad, es un alto drástico que, obviamente, nos ha obligado a cambiar el curso de nuestras actividades. Esperemos, en la medida de lo posible, adaptarse e ir recuperando el espacio que se ha perdido en audiencia televisiva deportiva.
