El pasado jueves, el FBI confirmó la detención de un grupo de 13 personas involucradas en una milicia de extrema derecha que planeaba secuestrar y posiblemente asesinar a la líder demócrata Gretchen Whitmer, gobernadora del estado de Michigan.
Todo esto era parte de un plan traicionero que también implicaba asaltar el Capitolio del estado y provocar una segunda guerra civil americana. Se reseña que algunos de los conspiradores supuestamente llevaron a cabo la vigilancia de la casa de vacaciones de Whitmer, donde pretendían secuestrarla antes de someterla a «juicio» en el vecino Wisconsin.
Al parecer, este plan se estaba orquestando desde principios de este año. Desde entonces se ha venido haciendo un seguimiento que terminó en la detención de 13 personas.
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FBI da un duro golpe a la derecha extremista
La investigación del FBI involucró a informantes y agentes encubiertos que vigilaban el complot. Fox (uno de los implicados) supuestamente dijo varias veces que quería secuestrar a Whitmer antes de las elecciones del 3 de noviembre. Este operativo fue frustrado y el plan no llegó a materializarse.
Un grupo organizado no solo planeaba el secuestro de la funcionaria, sino también asaltar el Capitolio y provocar lo que sería una segunda guerra civil americana.
La información suministrada por las autoridades coincidió en que se trataba de una organización de ultraderecha que, gracias a un operativo de inteligencia, logró infiltrar agentes del Buró Federal de Investigaciones y dar con los presuntos secuestradores y frustrar sus objetivos.
Fox y un co-acusado, Barry Croft, supuestamente discutieron sobre la explosión de bombas para desviar a los policías de la zona alrededor de la casa de Whitmer. Además, inspeccionaron la parte inferior de un puente cercano «en busca de lugares para colocar una carga explosiva».
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Esto ocurrió durante una misión de reconocimiento a finales del 12 de y principios del 13 de septiembre, según el expediente que reposa en el tribunal federal de Grand Rapids.
Fox, Croft y cuatro supuestos cómplices fueron acusados de conspiración para cometer el secuestro. En la denuncia se dice que cinco de ellos planeaban el miércoles «hacer un pago por explosivos e intercambiar equipo táctico».
Otros siete hombres también fueron arrestados y acusados en virtud de la Ley Antiterrorista de Michigan, dijo el Fiscal General del Estado, Dana Nessel.
Además según declaraciones del propio fiscal, existen fuertes sospechas de que las personas detenidas han hecho intentos por averiguar las direcciones y datos de los agentes infiltrados. Todo esto con el fin de tomar represalias.
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Fuertes también han sido las amenazas de violencia recibidas. Se sabe que la intención es propiciar e instigar una guerra civil. El grupo ha tenido tiempo para comprar armas y prepararse para el ataque del edificio del Capitolio de Michigan.
Los siete acusados están todos vinculados al grupo de milicia Wolverine Watchmen. A estos les han sido imputados delitos relacionados con el terrorismo.
¿Por qué secuestrar a la gobernadora?
Secuestrar a Whitmer, al parecer, no fue sino el producto de una fuerte molestia por parte de los secuestradores. A razón de que la funcionaria, como media se protección por COVID-19 había ordenado el cierre de los estacionamientos comerciales. Además de dictar una medida de prohibición en contra de las aglomeraciones en Michigan.
El propósito era trasladar a la gobernadora hasta una especie de lugar secreto (escondite) previamente preparado en las afueras de Wisconsin.
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Durante un discurso el jueves, Whitmer dijo que dos grupos de milicias estaban involucrados en el complot contra ella. Resaltó que…
«Yo y mi familia estamos extremadamente agradecidos de que las autoridades y la FBI hayan atrapado a los hombres enfermos y depravados detrás de esto».
Whitmer entonces rápidamente giró para apuntar al Presidente Donald Trump, quien tuiteó «LIBERATE MICHIGAN!» en abril, y además se ha referido a ella como «La mujer de Michigan». Whitmer afirmó también que…
«Nuestro jefe de estado ha pasado los últimos siete meses negando la ciencia, ignorando a sus propios expertos en salud, avivando la desconfianza, fomentando la ira y dando consuelo a los que propagan el miedo y el odio y la división»,
Whitmer también acusó a Trump de haberse presentado ante el pueblo de los Estados Unidos y haberse negado a condenar a los supremacistas blancos y a los grupos de odio con sus declaraciones a los Proud Boys durante un debate con el exvicepresidente Joe Biden la semana pasada.
