La biotecnología cubana goza de una reputación impresionante en el mundo y su industria biotecnológica nos sigue sorprendiendo día a día con sus innovaciones. Hace más de 30 años Cuba emprendió un camino que al día de hoy, la lleva a ser considerada una fortaleza mundial en biotecnología y medicina general.
El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología ubicado a las afueras de La Habana, conocido por sus siglas «CIGB», lleva la batuta en este ámbito. Fue uno de los primeros centros de investigación científica destinado a la creación de fármacos o medicinas, abriendo sus puertas en el año 1986.
Biotecnología: ¿de qué se trata?
La función del CIGB consiste en investigar ciertos inventos o patentes que respalden la teoría del autor de la misma. Desarrollando la obra desde su más mínima escala hasta su fin.
Esto además de representar un inmenso aporte a la humanidad, fue uno de los principales objetivos del presidente y líder revolucionario Fidel Castro. Cuba no solo sería reconocida por sus aportes a la comunidad científica, al mismo tiempo logró ser una fuerte fuente de ingresos.
Actualmente el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, acompañado de otros centros de investigación que forman parte de la industria biotecnológica cubana. Se afianzan como la tercera fuente monetaria más importante para el país.
Los últimos años se ha contabilizado una contribución de más de 500 millones de dólares entre todo su equipo farmacéutico.
No conforme con esto y buscando no quedarse atrás ante los demás países, Cuba siguió ampliando su industria con el Centro de Inmunología Molecular, este igualmente conocido por sus siglas «CIM» inaugurado en 1994.
Así mismo, ganó gran popularidad gracias a que desarrollaron la tecnología de los anticuerpos monoclonales empleado para múltiples fines médicos.
El CIM después de estudios e investigaciones de más de 20 años, ha logrado desarrollar medicamentos de gran impacto internacional. Destacando entre ellos las vacunas contra ciertos tipos de cáncer.
Al día de hoy, el Centro de Inmunología Molecular exporta 5 productos hasta ahora y su comparecencia es notoria en todos los continentes a través de sus socios comerciales.
La biotecnología cubana como fuente de economía

Citando al vicedirector del CIM, Eduardo Ojito, dijo: “Pensamos que ese es el logro, la síntesis y la esencia misma de la idea originaria de nuestro comandante Fidel Castro, de hacer de la biotecnología no solo una promesa de salud, sino también una fuente de ingresos para la economía de Cuba”.
En el año 2008, el Centro de Inmunología Molecular logró un hito trayéndole esperanza a millones de personas que padecen cáncer de pulmón a través de la vacuna CIMAvax–EGF. Un fármaco que busca brindar mejor calidad de vida para los pacientes afectados de esta terrible enfermedad, también usada en otros 4 países.
No obstante, es una vacuna principalmente dirigida hacia el cáncer de pulmón, la cual antes de su aplicación se le hace un estudio previo al paciente antes de seleccionarlo, basándonos en la molécula que se desea erradicar o manejar. Esto quiere decir que no todos los pacientes con cáncer de pulmón pueden recibir esta vacuna.
Sin embargo, Eduardo Ojito vicedirector del CIM, afirma que un 30 % de personas que padecen esta enfermedad, es tributaria de la vacuna. Este hecho y porcentaje en sí, es un gran logro y un aporte para el mundo, pacientes y comunidad científica.
Otros logros de la biotecnología cubana
Igual es el caso del Heberprot-P, otro fármaco cubano aplicado en inyecciones. Tuvo un rotundo éxito en la industria biotecnológica y farmacéutica, debido a que logro impedir cientos de miles de amputaciones a nivel mundial, designado contra la úlcera del pie diabético registrado en el año 2006.
El científico y experto cubano en Heberprot-P, Manuel Raíces, afirma que la tasa de amputación por pie diabético en la isla es la más baja del mundo, con un 3.8 %.
Poniendo en contexto y tomando en cuenta que Cuba es un país con 11 millones de habitantes, entre ellos un millón de diabéticos con 35 mil ulceras al año. El Heberprot-P es usado en más de 23 naciones al día de hoy.