Desde que la nación suramericana anunció el primer caso de la pandemia en el continente, el coronavirus en Brasil ha hecho estragos. Convirtiéndose en el segundo país del planeta con más infectados y muertes. Las cifras generan temor en países como Colombia, Venezuela y Argentina, siendo sólo algunos de los países que comparten frontera con Brasil.
El coronavirus en Brasil en cifras

Para el jueves 2 de julio el coronavirus en Brasil ya había causado más de 61.000 muertes y el número de contagiados superaba el millón y medio. Sólo ese día se confirmaron más de 47.000 casos nuevos y perdieron la vida más de 1.200 personas. Esto según la prensa brasileña que se ha dado a la tarea de recopilar los registros del ministerio de salud al no confiar en las cifras oficiales del gobierno.
El alcance del coronavirus en Brasil es de tal magnitud que en más del 90% de municipios en el país se han confirmado casos. Y, aunque al principio las zonas del medio oeste y del sur de la nación registraban pocos casos, el virus está avanzando ahora también en esas regiones. El país latinoamericano solo es superado en números por Estados Unidos que cuenta con más de 120.000 muertes y casi 3 millones de contagios.
Sao Paulo y Río de Janeiro son los estados más afectados del país. Recientemente se realizó un estudio en el que examinaron muestras de sangre de casi 90 mil personas, en 133 ciudades diferentes de Brasil. El estudio arrojó que 3,8% de los brasileños analizados tenía anticuerpos para el coronavirus en su sistema. Si esta cifra la llevamos a la población total del país, esto quiere decir que al menos 8 millones de brasileños se han infectado con el coronavirus.
Medidas del Gobierno de Brasil ante el coronavirus

Al presidente brasileño Jair Bolsonaro se le ha criticado fuertemente por la actitud tranquila y confiada que manifestó cuando el virus llegó al país. La máxima autoridad cuestionó las medidas de distanciamiento social y promovió el uso de medicamentos contra la malaria sin ninguna base científica. Incluso dijo que los brasileños “no se contagiarían” del coronavirus.
Actitud muy similar a la mostrada por Trump, el único país que supera a Brasil en números negativos de la pandemia. A esto se suma también los problemas internos del gobierno, que han causado que el propio virus se haya “politizado” y el presidente se centre más en culpar a otros por la crisis.
A pesar de que ahora mismo el país atraviesa el momento más difícil desde que empezó la pandemia, varios estados están reactivando su economía. Incluso en los estados más afectados han comenzado a dejar de lado el confinamiento para comenzar a llevar a cabo sus actividades comerciales.
No a las mascarillas

La última decisión polémica del gobierno de Bolsonaro la tomó este viernes 3 de julio al vetar una ley del Congreso que dictaminaba el uso obligatorio de mascarillas. Esta indicaba que, en cualquier lugar cerrado como templos, establecimientos comerciales, centros de enseñanza o industriales, las personas debían usar mascarilla.
Sin embargo, el presidente del país latinoamericano dejó sin efecto la ley, que también obligaba que cualquier establecimiento comercial contara con mascarillas para brindarles a sus clientes. Incluía también el uso de máscaras protectoras en lugares públicos, tales como los medios de transporte. El Congreso debe aún revisar los vetos que se acaban de publicar en Gaceta oficial.
La utilización de mascarillas es una medida ampliamente recomendada por expertos en salud y autoridades para reducir la transmisión del COVID-19. De hecho, en muchos países del continente y del mundo, es obligatorio usar mascarilla protectora en lugares públicos. Incluso se multa a quién no lo haga.
Vacuna de Oxford en Brasil

Las autoridades en Salud del país anunciaron que cerraron un trato con la Universidad de Oxford y la reconocida farmacéutica AstraZeneca, con el fin de producir una vacuna para el país. Esto le permitirá al país tener al alcance unos cien millones de dosis y seguir produciéndola con completa autonomía.
Se trata de una inversión riesgosa pues la vacuna aún se encuentra en desarrollo y tanto su eficacia como su seguridad no son comprobadas. La producción de esta vacuna se podrá comenzar, siendo positivos, en el mes de diciembre. Aún así, la noticia es una esperanza para la golpeada población brasileña.