Foto: Cuba Noticias 360
Texto: Héctor García Torres
Apagones diarios que superan las 12 horas, salarios irrisorios, precios inasequibles, un transporte casi inoperante, y una inestabilidad permanente en el suministro de agua… Estas y otras razones llevaron a cientos de miles de cubanos a manifestarse en las calles el 11 de julio de 2021. Ahora, tres años después, surge la pregunta: ¿ha mejorado en algo la situación?
Para aquellos con poco tiempo para leer, el resumen es el siguiente: la situación es casi la misma según algunos, o un poco mejor gracias a la aparición de Mipymes, mientras que otros la ven en un estado un poco peor debido al aumento constante de los precios y al peligro de bancarrota del país.
El sistema -no el país- se encuentra en la cuerda floja, exhibiendo señales de agotamiento tras años de medidas anuales que no cumplen con sus objetivos, y discursos que se dividen entre ideas desgastadas y quejas por no lograr lo esperado.
Ahí tienen el resumen. Ahora, para aquellos que se levantaron hoy con ganas de reflexionar sobre el sueño del 11J, surge la pregunta fundamental: ¿qué han traído tres años adicionales de “resistencia”?
Hoy, al cumplirse tres años de las históricas protestas, solo se puede hablar de tres años más de sacrificio, escasez y nulas soluciones. Aún hay más de 600 detenidos por participar en las protestas o por grabar los eventos, la fuga migratoria que desangra a Cuba sigue sin control, y el gobierno admite lo que todos ya sabían: la isla se encuentra en una “economía de guerra”.
Se estima que, tras las protestas del 11J, ha emigrado cerca del 20 por ciento de la población, lo que equivale a más de un millón 700 mil personas, en una isla ya afectada por una baja tasa de natalidad y el envejecimiento de su población.
También se señala una disminución de casi la mitad en la capacidad productiva de la isla en ciertos sectores exportables y en otros necesarios para el consumo interno; menos turistas internacionales que aporten divisas, y un nuevo verano acentuado por el calor e intensos apagones.
El precio del dólar en el mercado informal se ha multiplicado por 6 entre 2021 y 2024; la escasez de petróleo es tan grave que los taxistas con licencia no recibieron combustible en junio, según fuentes cercanas a este medio, y la inflación ha alcanzado un 31 por ciento de incremento interanual.
No hemos mencionado aquí los angustiosos derrumbes, la falta de maestros, las dificultades del sistema de salud, la separación de familias ni la fragmentación de toda una generación que vive fuera del país, sin un dueño, pero sin patria.
¡Y aún hay quienes hablan de un país en mejores condiciones!
Con un panorama así, poco hay que celebrar más allá de la mera existencia de un aniversario como el de hoy, vilipendiado por el Gobierno, ignorado por aquellos que se benefician de la situación, y idealizado por miles de cubanos que, desde dentro o fuera de Cuba, ese 11 de julio sí anhelamos una Cuba mejor.