Texto: Hugo León
Foto de referencia: CN360 – Archivo
En los últimos meses, la disponibilidad de agua en Cuba ha escalado de ser un inconveniente a convertirse en una crisis compleja que afronta la población diaria.
Según las autoridades, en todas las provincias, en mayor o menor grado, hay afectaciones en este servicio, hasta el punto de que más de un millón de cubanos enfrenta dificultades para recibir agua a través de las vías normales.
En provincias como Villa Clara, varios municipios estuvieron sin acceso al agua potable por tubería durante más de un mes. Ranchuelo y Caibarién son dos ejemplos. Mientras que poco se ha mencionado sobre el primero, en el segundo se sabe que las autoridades incluso optaron por vender agua embotellada como alternativa extrema mientras se reparaba la bomba dañada.
Este contexto ha llevado a que, incluso en barrios más exclusivos como Playa y Vedado, falte el agua durante varios días. En algunas zonas de Playa, por ejemplo, llevan 14 días sin el preciado líquido y no hay claridad sobre cuándo se solucionará la situación.
Los que están sacando provecho de estas difíciles circunstancias son los piperos, que en La Habana están cobrando entre 10 mil y 12 mil pesos por llenar las cisternas y tanques de los necesitados.
“Y si te pones a pensar, ni siquiera es tanto dinero”, reflexionó una residente de La Habana que pagó esa cantidad recientemente, comparándola con el costo de una caja de pollo o algunas libras de carne.
En su barrio, los problemas de agua han sido recurrentes durante años, y a pesar de que hace casi dos décadas compraba las pipas a 10 CUC, el precio siempre fue considerable, llegando incluso hasta los 40 o 50 CUC.
Luego de que el CUC “murió”, comenzaron a cobrar en MLC o en pesos cubanos. La realidad es que esta señora ha estado pagando por pipas durante cerca de 20 años porque el país no puede garantizarle acceso a un recurso tan básico como el agua.
“Al principio, la gente lo mencionaba en todas las reuniones del CDR y en las rendiciones de cuentas”, recordó, pero “después se hizo evidente que, cuando se reparaban los salideros, surgían otros problemas como la falta de combustible, de electricidad, la sequía, y pagar la pipa se volvió algo habitual”.
Una estrategia que utilizan en su barrio es agruparse entre varias familias para costear el agua, y aun así, creen que hay quienes están en una situación peor, ya que no pueden costear las pipas o no saben a quién acudir para conseguirlas.
Este último aspecto es relevante, ya que, a diferencia de hace algunos años, cada vez es más complicado hallar piperos dispuestos a ofrecer su servicio.
Cuba Noticias 360 investigó en redes sociales y en sitios de anuncios clasificados como Revolico, y efectivamente, no se encuentran publicaciones ofreciendo este tipo de servicios, algo que sí se podía ver hace poco tiempo.
Una posible explicación para esto es el control sobre las empresas o el miedo a las repercusiones si los piperos son sorprendidos en acción. Otras razones podrían ser la falta de combustible y de pipas en funcionamiento.
O, como bromeó la entrevistada, “es posible que se hayan ido del país aquellos que se dedicaban a esto, pues dinero para la travesía no les faltaba”.