Foto: Yariel Valdés González
Cuba recuerda cada 4 de octubre a una de sus actrices más queridas: Alina Rodríguez. Con la alegría que la caracterizaba, pero también con nostalgia por su partida, muchos celebran hoy su 72 cumpleaños.
Podríamos escribir volúmenes sobre su impresionante talento, ese que la llevó a brillar ante las cámaras y a dar vida a personajes que quedan grabados en la memoria de los televidentes. Su fallecimiento en 2015 marcó uno de los momentos más tristes para la cultura cubana, ya que el vacío que dejó Alina en el arte de la isla es absolutamente irreemplazable.
Hoy, varios artistas han acudido a las redes sociales para expresar su cariño hacia la recordada actriz, rindiendo homenajes de diversas formas, siempre desde la admiración eterna.
Entre ellos, destaca el homenaje de Camila Arteche, quien tuvo la fortuna de interpretar a su hija en la telenovela cubana “Aquí estamos”. Precisamente, con una imagen de un día de filmación de aquel audiovisual, Arteche quiso recordar una emotiva escena madre-hija que compartió con Alina.
“Alina Rodríguez me dio un par de notas de actuación magníficas y yo le pregunté: Alina, ¿nunca has considerado dirigir? Ella me respondió con esa voz ronca, con la fuerza y pasión que la caracterizaban: Yo amo tanto actuar, que no podría hacer otra cosa”, escribió Camila en Instagram.
La actriz, radicada en Miami, deseó “que hoy los ángeles te canten un feliz cumpleaños en forma de conga y celebres con un buen ron, sobre un escenario allá arriba! Que tu luz siempre me alcance!”.
Nacida en La Habana en 1951, Alina Rodríguez vivió allí toda su infancia y juventud. Fue en la capital cubana donde descubrió su gran pasión por la actuación, aunque inicialmente se graduó como técnica en Anatomía Patológica.
No obstante, el amor por el arte siempre estuvo presente en ella y fue lo que la llevó a comenzar su formación como actriz, culminando con su graduación a los 30 años en el Instituto Superior de Artes Escénicas.
Con el tiempo, comenzó a hacerse un nombre en el mundo de la actuación, participando en diversas películas cubanas, hasta lograr en 1990 el papel protagónico en la película “María Antonia”, un rol que la catapultó al estrellato.
En el cine, Alina encarnó otros personajes icónicos que la consolidaron como una de las grandes de Cuba. Es suficiente recordar su actuación en la película “Conducta”, donde interpretó a “Carmela”, una maestra dedicada que se empeña en ayudar a un estudiante problemático, dejando una huella imborrable en el cine de la isla.
Sin embargo, su talento no se limitó al cine, sino que también conquistó los más prestigiosos escenarios teatrales del país, gracias a la versatilidad de sus personajes en obras importantes.
Para recordar su paso por las tablas cubanas, es necesario mencionar obras como “Contigo pan y cebolla”, de Héctor Quintero, y “En el parque”, del ruso Alexander Guelman, bajo la dirección del grupo Teatro Estudio, entre muchas otras. Estas piezas, junto con su habilidad para asumir diversos personajes, le abrieron definitivamente las puertas de la televisión cubana.
Hablar de su trayectoria televisiva es hacerlo de “Justa Quijano”, el emblemático personaje de la telenovela “Tierra Brava” que la acompañará hasta la eternidad, y por el cual muchos la recuerdan en la actualidad.
Aparte de ser una actriz excepcional, Alina también ejerció como profesora, ofreciendo clases de actuación y dirigiendo a actores tanto amateurs como profesionales en proyectos de teatro comunitario.
Su profesionalismo fue incalculable, y tanto sus seres queridos como sus colegas la recuerdan como una mujer sumamente amable y con una calidad humana entrañable. Quizás por eso, más allá de sus actuaciones únicas, Alina perdura en la memoria de muchos como un ser humano inigualable.
Lamentablemente, un 27 de julio de 2015, Alina Rodríguez se despidió de La Habana, debido a un terrible cáncer. Sin embargo, su legado no ha desaparecido. Sus cenizas fueron esparcidas en el mar, cerca del Torreón de la Chorrera, un lugar que amó y donde hoy descansa en la eternidad de su estrellato.