Fotos: Pablo Moreira
Cada vez que Amarilys Núñez aparece en televisión con su presencia imponente, ya sea en una telenovela o una serie en repetición, resaltan aspectos que son difíciles de olvidar: su mirada angelical y el talento innato que siempre irradia.
La dedicación de la actriz se refleja en los diversos personajes que ha interpretado a lo largo de su trayectoria, lo que, sin duda, le ha valido el reconocimiento del público.
Desde muy joven, a la edad de 8 años, comenzó su camino en la televisión, aunque bien pudo haber optado por la ópera y seguir los pasos de su madre, la destacada cantante María Eugenia Barrios, una de las sopranos más prominentes de Cuba.
Amarilys lo confirmó recientemente en una entrevista: tuvo la fortuna de estar rodeada del mágico mundo del arte desde su infancia. De joven, coqueteó con el ballet clásico y se formó en esta disciplina hasta alcanzar un nivel elemental. A ella debe su preparación magistral, así como la confianza, la disciplina y el conocimiento de su propio cuerpo, lo cual le ha permitido dar vida a diferentes personajes, más o menos alejados de su espíritu perfeccionista y de la facilidad expresiva que podría estar marcada por su signo Géminis.
Estos personajes variados son los más deseados y perseguidos por muchos actores, por el desafío que representan; y según ha comentado la actriz, adentrarse en las sombras de lo desconocido la atrae profundamente.
Xiomara Blanco le brindó su primer papel importante en televisión en la recordada «Tierra Brava», una novela que también catapultó a otros actores de su generación. Los cubanos aún recuerdan su interpretación de Alicita en este dramático que ya se ha convertido en un clásico de la pantalla chica en la isla, gracias a la calidad de su producción y la fuerza narrativa de su guion, así como a la maestría del equipo, tanto técnico como actoral.
Ella ha compartido, para sorpresa de muchos de sus seguidores, que llegó a «Tierra Brava» tras ser avisada sobre el casting, pero, por cuestiones del destino, no tuvo que presentarse a él. Le entregaron los guiones y le indicaron que las grabaciones comenzaban esa misma tarde.
Nacida en La Habana hace 53 años, continuó su camino en el mundo de la actuación, aportando fuerza y carácter a cada personaje. A la popular telenovela siguieron otras producciones: «El eco de las piedras», donde interpretó a Fe María Santa Cruz, una joven de familia adinerada que se enamoraba de un mulato esclavo, y también «Violetas de Agua».
Participó en programas como «Destino Prohibido» y «Al compás del son». En esta última telenovela, dio vida a Chela, una secretaria dispuesta a hacer cualquier cosa por su jefe, el senador Armenteros, hasta que conoce al periodista Arce. A lo largo de los capítulos, se va mostrando la emancipación de la dócil Chela, que va transformándose en una mujer empoderada para su época.
Sin lugar a dudas, su trabajo en televisión la hizo famosa. Pocas eran las telenovelas en las que la actriz, con su atractivo, no participara mostrando su brillo. Sin embargo, el teatro ha sido su verdadera pasión. Ella misma lo ha confesado en numerosas entrevistas: ponerse sobre las tablas le permite adueñarse del personaje, y cada actuación le revela nuevas facetas del papel que interpreta.
Después de un tiempo alejada del ámbito artístico, se supo que Amarilys decidió emigrar a Estados Unidos en busca del amor. Sin embargo, la Amarilys artista nunca se ha ido del todo. En 2018, participó en «ConCiencia», un dramatizado que retrataba la vida cotidiana de los científicos. También regresó para la película «¿Por qué lloran mis amigas?», junto a las reconocidas Luisa María Jiménez, Edith Massola y Yazmín Gómez. Las cuatro, bajo la dirección de Magda González Grau, presentaron con naturalidad a mujeres cercanas, pero también tan diferentes entre sí, con problemas y alegrías que resuenan en la vida real.
En Miami, la actriz ha expresado su agradecimiento por la oportunidad de ofrecer un mejor futuro a sus hijos y, aunque no ha vuelto a actuar, tampoco se ha alejado del mundo artístico; su labor ahora se desarrolla detrás de las cámaras.
En Cuba, el público sigue disfrutando de sus actuaciones cada vez que se retransmiten los programas en los que participó. Amarilys ha comentado que prefiere pasar desapercibida, pero es difícil que eso suceda; su dominio en escena se adueña de cada plano. El público nunca olvidará a una de las actrices más destacadas de su generación.