América Latina: ¿un paraíso para las inversiones en startups? ¿Qué pasa con Cuba?

Lo más Visto

En los años recientes, un número significativo de personas en América Latina ha decidido emprender y poner en marcha ideas innovadoras relacionadas con la tecnología. Su principal desafío ha sido la falta de financiación, según un reciente informe de Statista.

No obstante, la región ha captado el interés de inversionistas en el mercado de capitales, particularmente en lo que se conoce como inversiones de capital de riesgo (venture capital en inglés).

En 2021, por ejemplo, las empresas tecnológicas con sede en Latinoamérica atrajeron más de 15 mil millones de dólares a través de esta modalidad, según lo que publicó recientemente la Asociación para la Inversión de Capital Privado en América Latina.

La mayoría de los fondos fueron destinados a compañías en fases iniciales de desarrollo, mientras que inversiones significativas lograron que Tiendanube, Bitso, Clip, Ualá y otras alcanzaran valoraciones superiores a mil millones de dólares, aun sin cotizar en Bolsa. Este tipo de startups son conocidas como “unicornio”.

En 2021, los emprendedores latinoamericanos recibieron casi cuatro veces más capital que el monto total registrado durante todo 2020, un año en el que, debido a la pandemia de Covid-19, estas inversiones en el sector se desaceleraron hasta los cuatro mil millones de dólares.

Sin embargo, los expertos destacan que la pandemia reforzó la tendencia al aumento del comercio electrónico, la mayor digitalización de las transacciones financieras y el incremento de los servicios en línea, lo que otorgó un impulso significativo a las startups tecnológicas a través de estas inversiones.

La revista Forbes, junto con otras publicaciones especializadas en finanzas y tecnología, ha destacado que la innovación tecnológica impulsada por pequeñas empresas ha demostrado ser capaz de mejorar la vida de las personas.

Los “unicornios” de la región y otras compañías que ya han tenido éxito demuestran que existe talento y empresas capaces de crear valor, concluyó recientemente Forbes.

El caso de Cuba merece un análisis más detallado, dado que hace menos de cinco años, el gobierno de la isla tomó medidas para abrir más de dos mil actividades económicas, lo que generó un cambio y un impulso parcializado hacia el sector privado en el país.

AlaMesa y Revolico son dos ejemplos de startups cubanas de este periodo que lograron tener éxito. El primero es un directorio de restaurantes en Cuba que permite ordenar comida desde la isla o el extranjero y recibirla en territorio cubano, mientras que el segundo es el sitio de anuncios clasificados por excelencia en el país.

Sin embargo, otros emprendimientos no lograron despegar, posiblemente debido al modelo de negocio, el concepto del proyecto y el contexto de la isla en ese momento. Ejemplos de ello son “Kewelta”, que se autodescribía como una red social publicitaria que habría mejorado la visibilidad de productos y servicios cubanos; “Ke Hay Pa’ Hoy?”, una plataforma promocional; y “Mi Escaparate”, una iniciativa de una profesora de la Universidad de La Habana para intercambiar y vender ropa de segunda mano y otros artículos a precios asequibles. Actualmente, existen empresas en México que ofrecen servicios equivalentes, como GoTrendier, donde se compra y vende ropa de mujer de segunda mano.

Hoy en día, a pesar de la grave crisis económica que enfrenta el país, otros emprendimientos “made in Cuba” buscan abrirse camino, como Decorarte, que goza de éxito en la isla; CrecexDiez, un producto digital inspirado en Google Ads pero adaptado a Cuba; y EducUp, una startup de tecnología educativa creada por tres emprendedores cubanoamericanos.

Más Noticias

Últimas Noticias