Texto: Jorge Suñol
Fotos: Cortesía del Entrevistado
Un viernes de junio recibo un mensaje de un número desconocido. «Soy la amiga de Andro, Martica», se presenta en mi chat Martha Luisa Hernández Cadenas, sí, la famosa Martica Minipunto. Después, se disculpa porque ha olvidado por completo una pregunta que debía responder ella y no mi entrevistado.
Aunque Androx Rodríguez o mal_androx, como se llama en Instagram y como también está guardado en mis contactos, sabe que Martica hablará sobre él, no tiene ni idea de lo que ella ha dicho acerca de su mejor amigo.
“Con Andro quiero estar siempre bebiendo, cantando en un karaoke, bailando. Con Andro quiero hacer un performance, una película, un viaje a Pinar del Río en auto. Con Andro quiero llorar mis momentos más difíciles, quiero salir a la calle sin miedo, quiero que vivamos juntos cerca del mar”, así concluye su respuesta tras narrarme la anécdota del cordero, de cómo ha crecido “el niño malcriado de Pinar del Río” y hablarme de ese “humor secreto” que comparte con él.
“No tengo idea de cuándo surgió, pero fluye entre nosotros en cualquier momento, en la circunstancia más increíble, nos decimos todo con la mirada”, reitera.
Martica cuenta que una vez cocinó cordero para su amigo, lo cual, en una Cuba en crisis, es casi como un banquete. En aquel momento, no lo conocía tan bien: “Cuando recogí el plato, vi toda la carne que había dejado alrededor del hueso (no son tiempos para desperdiciar nada). Ni siquiera le hice un comentario, era difícil imaginar que se trataba de un niño malcriado, de un joven recién llegado de Pinar del Río, el migrante, el actor, no sabía cómo comerse eso. Supuse que su mamá aún le picaba los trocitos de carne en el plato. Me dio mucha ternura imaginarlo y, de hecho, cuando conocí a su madre, confirmé mi suposición”.
Ahora él devora los platos de comida “sin huesos y sin cordero, con ilusión y euforia”, añade su amiga. Y él, en algún momento, ha dicho: “Si quieres ganarte mi corazón: aliméntame (siempre tengo hambre)”.
Martica siempre habla con ternura de Androx: “A veces hay amigos que llegan de manera inesperada y simple, como si siempre hubieran estado ahí. Es fácil reír y amar con ellos, cerca de ellos. He visto todo lo tierno que puede ser, y me siento protegida, menos sola. De alguna manera, espero ser para él un antídoto contra la desprotección o la tristeza, esta ciudad puede ser violenta, hay formas de soledad que no se reflejan en Instagram. Nosotros nos tenemos”.
“A veces el tiempo no le alcanza, pero tiene mucho talento y respeto por la actuación. Estoy orgullosa de todo lo que ha logrado, ese ángel (tierno, ardiente y bellísimo) viene con él, con su sonrisa (mi madre dice que es idéntica a la mía)”, continúa.
Ambos han formado una complicidad inigualable: “Disfruto mucho la intimidad que compartimos, soy muy desconfiada, y él me conoce y comprende con el mismo cariño y malcriadez que tengo hacia él. Debo confesar que he sentido celos, es terrible, pero ese tipo de pasiones y posesiones entre dos almas tan unidas solo tienen sentido porque no elegimos a quién amar”.
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Androx Rodríguez es, ante todo, un actor. Después, aparece su perfil en Instagram. Nos reímos a carcajadas y decimos que también ha encontrado en las redes sociales otro espacio para entretener, promocionar, colaborar con diferentes marcas y, en fin, crear contenido. Androx Rodríguez también es instagramer y se lo toma muy en serio, aunque casi siempre esté riendo.
Un viejo post de enero dice que tiene 23 tatuajes, aunque ahora puede que tenga más; que comenzó su carrera en la actuación en un grupo de teatro callejero montando zancos y que tiene la costumbre de estar tocándose sus rizos, aunque ahora lleva trenzas. Androx es adicto a hacerse fotos en todos los baños que visita. Sus historias en Instagram lo confirman. Hay una canción a la que siempre vuelve: «La gata bajo la lluvia»: “Parece un meme, pero es real”, aclara.
Su trabajo como actor se ha centrado, sobre todo, en el teatro. Su camino apenas empieza: “Me doy la oportunidad de ir paso a paso y disfrutar de este proceso hermoso que creo que nunca termina”.
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¿Cuándo fue que dijiste: “Yo quiero ser actor”? ¿O nunca pensaste en serlo?
-Creo que siempre estuve interesado en serlo, ya sea de manera consciente o no. Desde niño estuve vinculado al teatro en grupos aficionados, hasta que decidí dejar mi carrera en la UCI y dedicarme por completo a mi trabajo como actor.
¿Cómo sobrellevas las emociones sobre las tablas? ¿Te cuesta contenerte?
-Las emociones van de la mano con el contexto y las circunstancias por las que esté pasando; hay días en los que estoy más disponible y otros en los que no tanto. Pero creo que actuar me ha permitido explorarte un poco más, ser más autocrítico y descubrir mi universo emocional a un nivel más profundo. Y practicar siempre, sobre todo, la empatía.
Ya que hablamos de teatro, ¿cómo llegas a Kilómetro Cero?
-Llegué por la recomendación de unos colegas y amigos. Luego Liliana Lam (su directora) me contactó y me habló acerca de la puesta en escena (que yo no había podido ver en su temporada de estreno). Y es aquí donde me propuso el personaje de Tony, el cual interpretaba anteriormente mi amigo Leodanis Parlay.
Todo fue muy rápido para mí; solo pude prepararme para mi estreno en 3 semanas, y había que estudiar. Tuve la suerte de estar con un elenco maravilloso, que desde el primer día me ayudó y me apoyó mucho. Disfruté mucho del personaje de Tony.
Androx en escenas de Kilómetro Cero
Vayamos un poco atrás. Háblame de Los Pájaros Negros, ¿cuánto te aportó?
-Los Pájaros Negros (2020) fue mi primera obra teatral en La Habana, y agradezco la oportunidad que me brindó Agnieska Hernández, su directora. Esta oportunidad se dio gracias a que Martica Minipunto me invitó a participar en una colaboración que hicieron junto a otras dramaturgas. Gracias a esto, Agnieska pudo conocerme.
Cualquier proceso creativo siempre te aporta algo. Fue un aprendizaje constante para mí. Aprendía a diario de mis compañeros en el escenario, además de los buenos amigos que hice allí.
¿Has construido un personaje carismático en tus redes sociales? ¿Qué se esconde detrás de todo eso?
-Jajajaja, no escondo nada. Empecé haciéndolo en el tiempo de la cuarentena por pura diversión. Luego noté que mi contenido hacía que otros se divirtieran, y disfruto mucho cuando las personas ríen y, aunque sea por 10 segundos, se olvidan de sus problemas.
He de decir que con estos videos he logrado romper con la timidez y creo que me ha funcionado mostrarme tal cual soy. Si nos mostramos auténticos en las redes sociales, podemos empatizar con muchas más personas. Ahora me sorprende cómo he llegado a tener seguidores en otras partes del mundo, nuevas amistades y la generosidad de muchas personas que siguen mi contenido y que me agraece cada día mis videos.
¿Cómo enfrentas el bullying en redes cuando has asumido un trabajo más serio desde tus perfiles? ¿»Serio» sería la palabra?
-Hasta ahora nunca he tenido la mala experiencia de encontrarme en esa situación directamente. Igualmente, creo que en caso de que pasara, no me afectaría tanto, pues siento que en todo este tiempo he logrado establecer bases de confianza y seguridad en mí mismo, las cuales me ayudan y son un soporte muy fuerte en todos los aspectos de mi vida.
Y sí, “serio” es la palabra.
¿Qué es lo que más recuerdas de niño?
-A mi abuelo regresando del trabajo todos los días con un pozuelo lleno de compota de mango para mí.
¿Tus temores e inseguridades te han servido de punto de inflexión?
-Me han servido muchas veces como herramienta para mi trabajo, y durante este proceso, inevitablemente he tenido que enfrentarlos, por lo que ahora siento que los conozco un poco más y puedo manejarlos.
Ser actor en Cuba supone enfrentarse a más de un obstáculo. Aunque nadie ha dicho que en ningún país sea fácil, ni que cualquier profesión lo sea. ¿Qué es lo que siempre tratas de recalcar en tus trabajos?
-Siento que hacer teatro es un acto de amor; la verdadera ganancia es tener la oportunidad de cambiar algo en alguien y poder superarse uno como persona. Para mí, actuar es un proceso extremadamente humano. Todo lo que digo o hago cuando encaro a un personaje está fundamentado en mis experiencias de vida, en todos hay una parte de mí.
¿Cuál fue el día más feliz de tu vida?
-Esta pregunta es difícil de responder porque creo que soy una persona privilegiada y podríamos tener una larga conversación contándote días felices.
Ahora sí, ¿por qué Martica Minipunto?
-Mi relación con Marty comenzó hace unos años por pura coincidencia. Desde que nos conocimos hemos tenido una empatía enorme. Es esa persona que todos los días necesito ver, escribirle, escucharla, hablarle o simplemente enviarle un meme a las 3 de la mañana. Con ella siempre me siento seguro. Nos cuidamos mucho el uno al otro; es una relación hermosa de pura retroalimentación. Marty, más que mi amiga, es mi AMOR.
¿Un recuerdo triste en tu vida? O una circunstancia…
-Siempre es una experiencia triste cada vez que tengo que despedir a uno de mis amigos (y en estos tiempos he tenido demasiadas despedidas) porque soy muy afectuoso con ellos. Pero soy muy optimista y sé que en cualquier momento nos volveremos a encontrar.
¿Cómo es Androx cuando está desconectado? ¿Mientras ríe en su grupo de amigos?
-Soy la misma energía y vibra que ves en mis redes sociales. Y desde hace un tiempo me he propuesto no limitarme. Quiero hacer y decir todo lo que siento, siempre y cuando esto no le haga daño a nadie. Siempre intento hacer feliz a quienes me rodean; yo siempre digo que ese es uno de mis propósitos en la vida.
¿Te gustan los abrazos? El teatro, creo, es como abrazarse desnudo…
-Sí, y como el teatro, los necesito para vivir.
Háblame de tus sueños o utopías.
-Ser feliz.
¿Algo que nunca has dicho en público?
-Tengo trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Lo más reciente fue que hace unos días salí, “caminé toda La Habana” y a mitad del día, gracias a una amiga, me percaté de que llevaba zapatos diferentes (uno negro y uno blanco).
Y suelta una risa.