Texto: Viviana Díaz
La compañía estadounidense Apple llegó a un acuerdo extrajudicial con 33 estados del país, en el que se comprometió a pagar 113 millones de dólares por ralentizar intencionadamente el rendimiento de modelos antiguos de iPhone, como el iPhone 6 y 7.
La coalición estatal, compuesta por representantes de estados como Arkansas, Arizona, Indiana, Texas, California y Washington DC, acusó al gigante tecnológico de engañar a los consumidores y ocultar información relevante, lo cual resultó ser en gran medida cierto.
Según algunos usuarios, las actualizaciones del sistema operativo iOS parecían estar diseñadas para deteriorar el rendimiento de los modelos más antiguos y así fomentar la compra de nuevos dispositivos y baterías, que tienen un costo bastante elevado en el mercado. Estas especulaciones llevaron a la presentación de la demanda.
Por su parte, Apple había reconocido en el pasado que ralentizaba modelos como el iPhone 6 y 7 para compensar la capacidad limitada de sus baterías, con el fin de evitar sobrecargas y/o apagados repentinos de estos dispositivos.
En relación con este tema, algunos expertos y abogados señalaron que, aunque la ralentización de iPhones para prevenir problemas no es ilegal, el hecho de que la empresa de Tim Cook no informara abiertamente a sus usuarios sobre esta práctica provocó que muchos adquirieran nuevos dispositivos, creyendo que los que poseían estaban obsoletos.