Foto: RL Hevia
En medio de la crisis alimentaria que atraviesa Cuba actualmente, las autoridades continúan con su empeño de «impulsar» la producción y recuperación de varios productos esenciales para el consumo de los cubanos.
Un ejemplo de esto es el arroz, uno de los alimentos más consumidos en la isla, cuya distribución como parte de la canasta básica ha sido habitualmente afectada por diversas complicaciones en su importación.
En relación con este cultivo, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo, convocó a los productores de la provincia de Sancti Spíritus a “colocarse en la avanzada en la recuperación”.
De acuerdo con un informe de la agencia estatal Prensa Latina (PL), Lazo se reunió con autoridades de dicha provincia, específicamente con directivos y trabajadores de la Unidad Básica de Producción Cooperativa Sur del Jíbaro.
Durante el encuentro, el titular del Parlamento cubano tomó conocimiento de las “deficiencias, falta de iniciativas y de un accionar más ágil vinculado a la ciencia y la técnica para aumentar la producción del principal grano en la mesa del cubano”.
El dirigente subrayó la necesidad de incrementar la producción del cereal, con el fin de “evitar que el país tenga que destinar grandes sumas de divisas para asegurar la canasta básica”, según PL.
Una vez más, Lazo enfatizó que “la revolución necesita de la producción a partir de nuestros recursos, de las iniciativas y proyectos locales para garantizar el cereal para la alimentación del pueblo, para el autoabastecimiento de la provincia y la patria”.
Por su parte, el director general del Sur del Jíbaro, Osmel Otero, admitió que la producción está “deprimida”, a pesar de que la entidad estatal cuenta con “excelentes tierras, personal capacitado y recursos suficientes para crecer”.
El gobierno de la isla mantiene sus esperanzas de “lograr mejores resultados productivos y económicos”, para lo cual señalan que es necesaria “una mayor integración de la ciencia y la tecnología”.
El objetivo de este esfuerzo es, según han indicado, “alcanzar un desarrollo que permita satisfacer las necesidades nacionales y exportar”.
A pesar de estas indicaciones por parte de los directivos, la producción de arroz en la isla sigue siendo una de las más afectadas por condiciones climáticas adversas, la escasez de tecnología y la falta de productores, entre otros factores.
Asimismo, el alimento tan solicitado continúa experimentando retrasos en su entrega en las bodegas y reducciones en las cantidades que reciben los habitantes del país.
A finales de febrero, medios estatales reportaron la llegada de un buque de gran porte al puerto de La Habana cargado con 30,000 toneladas de arroz que serían reembarcadas y distribuidas en varias provincias.
Tras la descarga de una parte del arroz en el puerto capitalino, el buque se dirigió a Nuevitas, en Camagüey, donde se esperaba que dejara unas 11,000 toneladas del grano para abastecer a varias provincias de la región. Además, otros barcos de menor tamaño asegurarían el traslado del arroz a otros territorios.
Todo esto se producía en medio de las críticas de la población, que, a pesar de las informaciones ofrecidas por la prensa estatal, sostiene que el producto no llega a las bodegas en las fechas anunciadas. Mientras tanto, en el mercado negro, su venta alcanza precios inalcanzables para sus bolsillos.