Foto: Legado OficialPE
Texto: Hugo León
La Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) anunció este jueves que las atletas transgénero no podrán competir en categorías femeninas en competiciones internacionales.
De acuerdo con el presidente del organismo, Sebastian Coe, el Consejo decidió excluir a los atletas que han realizado la transición de hombre a mujer y que hayan pasado por la pubertad masculina de las competiciones de clasificación mundial femenina, a partir del 31 de marzo de este año.
Según reportes de agencias de noticias internacionales, Coe manifestó que se formará un grupo de trabajo para continuar investigando las directrices de elegibilidad para atletas transgénero.
“No vamos a decir que no para siempre”, comentó el presidente del organismo.
En redes sociales, World Athletics afirmó que el Consejo Mundial de Atletismo “ha tomado una serie de decisiones significativas respecto a la participación futura de las Federaciones miembro de Rusia y Bielorrusia en el atletismo, así como las normas de elegibilidad para atletas transgénero o que presentan diferencias de desarrollo sexual”.
De acuerdo con este organismo internacional, la mayoría de los actores del atletismo consultados consideran que las atletas transgénero no deberían competir en la categoría femenina.
Además, señalaron que para muchos, las pruebas que indican que las mujeres trans no tienen ventaja sobre las mujeres biológicas son insuficientes, y se requieren más evidencias antes de contemplar una posible inclusión en la categoría femenina.
Hasta ahora, el reglamento estipulaba que las atletas transgénero que deseaban participar en la categoría femenina debían mantener su tasa de testosterona por debajo de 5 nanomoles/l durante un año. Esto fue luego de que en noviembre de 2021, el Comité Olímpico Internacional (COI) solicitara a las diversas federaciones deportivas que establecieran sus propios criterios para personas transgénero e intersexuales en competiciones de alto nivel.
La determinación de la Federación Internacional de Atletismo se produce en un contexto de fuertes y continuas críticas hacia la participación de transgéneros en el deporte femenino de élite, argumentando que dichas participaciones crean una desventaja física significativa para las deportistas biológicamente mujeres, y comprometen el principio de igualdad que debe imperar en las competiciones.
Quienes comparten esta perspectiva coinciden en que la fisiología femenina no se puede comparar con la masculina en diversos aspectos, como la densidad ósea y la cantidad de masa muscular, entre otros elementos cruciales para el rendimiento en el deporte. Por ello, es habitual que los hombres atletas obtengan mejores resultados que las mujeres al competir al mismo nivel.
Por otro lado, quienes abogan por la inclusión de personas trans en competiciones femeninas argumentan que las mujeres trans que han recibido terapia hormonal para disminuir sus niveles de testosterona no poseen ventajas sobre sus contrapartes femeninas de nacimiento.
En términos generales, la aceptación de atletas transgénero en competencias femeninas ha resultado en récords batidos en un tiempo relativamente corto y en posiciones destacadas para los trans, como el caso de la nadadora Lia Thomas o la pesista neozelandesa Laurel Hubbard, quien ganó una medalla olímpica en Tokio.
Por ejemplo, Thomas compitió durante tres años en el equipo masculino de la Universidad de Pensilvania y estaba ubicada en el ranking 462 de su categoría, pero al competir contra mujeres en un evento universitario de élite en Estados Unidos, salió victoriosa incluso contra la campeona olímpica de Tokio, Emma Weyant.