Foto: David Paul Morris
Texto: Hugo León
California, en la región este de Estados Unidos, establecerá una fecha límite para la venta de nuevos automóviles de gasolina en el año 2035, según informaron diversos medios locales este miércoles.
El plan, desarrollado por la Junta de Recursos del Aire de California, tiene como objetivo que todos los vehículos nuevos comercializados en el estado a partir de esa fecha sean libres de emisiones de combustibles fósiles.
Inicialmente, se busca que el 35 por ciento de los automóviles nuevos vendidos en el estado no generen emisiones de este tipo, con la meta de aumentar esa cifra al 68 por ciento para 2030, y alcanzar el objetivo final de eliminar la venta de estos vehículos para 2035.
De acuerdo con cifras del New York Times, California es el mercado más grande de automóviles en los Estados Unidos, y al menos una docena de estados tienden a seguir sus políticas relacionadas con las emisiones de los vehículos.
Al menos cinco estados podrían implementar una prohibición similar en el próximo año, señaló el Times.
En cuanto a esta iniciativa, el gobernador de California, Gavin Newsom, indicó que la crisis climática puede ser abordada mediante acciones decididas y audaces para reducir la contaminación por carbono.
No obstante, los críticos del plan sostienen que California no cuenta con la autoridad para establecer regulaciones sobre contaminantes que superen las leyes federales.
Asimismo, otro desafío que podría surgir es que, según reportes de medios estadounidenses, el costo de los vehículos eléctricos continúa siendo más elevado que el de los automóviles de gasolina, según lo expresan los expertos.
En 2021, el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva con el propósito de que para el año 2030, la mitad de los vehículos nuevos vendidos en Estados Unidos sean de cero emisiones.
En la actualidad, aproximadamente el seis por ciento de los automóviles vendidos en el país son eléctricos, de acuerdo con The Independent. Mientras tanto, investigaciones de Forbes y otros medios destacan a Estados Unidos como uno de los países más contaminantes del mundo.