Foto: RRSS
Texto: Hugo León
“Les presentamos, Cocina al minuto, con recetas sencillas y rápidas de preparar”. Con estas breves pero contundentes frases, Nitza Villapol anunciaba la llegada a los hogares cubanos de uno de los programas televisivos más emblemáticos de la historia nacional, convirtiéndose en un personaje inolvidable para millones de cubanos.
Hoy, al conmemorarse 100 años de su nacimiento, retrospectivamente seguimos los pasos de esta pedagoga que se transformó en chef y estrella de la televisión, cautivando a la audiencia junto a su asistente, conocida como Margot.
Las interrogantes sobre Nitza Villapol
Contrario a lo que muchos piensan, Nitza no nació en La Habana, sino en Nueva York en 1923, hija de padres cubanos. Fue en la década de los 30 cuando la familia regresó a la capital cubana. Además, no está del todo claro si Villapol finalizó sus estudios en la Universidad de La Habana o en instituciones internacionales, pero lo que sí se sabe con certeza es que obtuvo un doctorado en Pedagogía.
El programa Cocina al minuto la mantuvo en la televisión durante más de cuatro décadas ininterrumpidas, y su desafío iba más allá de presentar recetas para todos los gustos: tuvo que abordar la cocina desde una perspectiva cultural y dietética, además de adaptarse a la realidad económica del país, que se tornó compleja en los últimos años de su programa.
Sin embargo, faltaban años para que se llegara a ese punto y a la inesperada finalización de su show televisivo.
Cocina al minuto se originó incluso años antes de su aparición en la televisión cubana. Según algunas fuentes bibliográficas, el nombre surgió porque en casa de los padres de Nitza, en Nueva York, se reunían numerosos revolucionarios cubanos que habían huido de la isla por motivos políticos, y su madre preparaba rápidamente diversas comidas para ellos. La frase “Juana María cocina al minuto” se hizo popular entre los asistentes.
Así, cuando llegó el momento de elegir un nombre para el programa, Villapol optó por Cocina al minuto, combinando la divertida frase con los esfuerzos de su madre al cocinar para el grupo.
Otros historiadores han señalado que Nitza debía reflejar los intereses de una mujer moderna y trabajadora, que debía afrontar el desafío de preparar platos rápidos sin pasar más tiempo en la cocina del necesario.
El segundo gran enigma: ¿cuánto sabía cocinar realmente?
En la década de los 50, Nitza ya era conocida en Cuba por sus libros de cocina, con el mismo título que su programa, y llegó a la televisión en 1948, gracias al magnate de los medios Gaspar Pumarejo. Sin embargo, Nitza no era una chef de renombre.
Para abordar esta situación, se contrató a una talentosa cubana en la cocina, llamada Margot Bacallao, quien se convertiría en su asistente en el programa. Este dúo se volvió inseparable: Margot se encargaba de las preparaciones y Nitza aportaba su conocimiento en dietética y nutrición. El propio Pumarejo afirmó que Villapol poseía el carisma necesario para triunfar en la pantalla.
En una entrevista que recordó el periodista cubano Ciro Bianchi, la propia Nitza afirmó que prefería ser recordada como maestra, sin verse a sí misma como una experta chef.
Contra viento y marea: más de cuatro décadas en la televisión
Cocina al minuto tuvo múltiples ediciones en forma de libro y se mantuvo en la televisión nacional durante más de 40 años. Además, Nitza publicó otros textos recopilatorios con trucos y recetas, muchas de ellas cubanas.
Tras el triunfo de la revolución en 1959, a Villapol se le permitió seguir cocinando en la televisión. Con el tiempo y la llegada de momentos difíciles a la isla, sus recetas tuvieron que adaptarse para hacer frente a la escasez alimentaria. Así, en su programa, comenzó a modificar recetas populares para cocinarlas sin grasa o sin algunos ingredientes.
Un claro ejemplo de esto se dio durante la crisis de los años 90 en Cuba, tras la caída del bloque socialista, cuando enseñó a preparar “ropa vieja” utilizando cáscaras de plátano en lugar de carne de res, huevo frito con agua y otras adaptaciones necesarias para esos momentos.
Sin embargo, su programa fue cancelado de manera sorpresiva, justo cuando los hogares cubanos más necesitaban de ideas como las que ofrecía, en pleno 1993.
Cinco años más tarde, en septiembre de 1998, Nitza Villapol falleció, pero aunque han pasado más de 25 años, su legado persiste en la memoria de las generaciones de cubanos que la vieron en la pantalla, y aunque en menor medida, sigue siendo reconocida entre los más jóvenes, gracias a la constante mención de su nombre en las casas cubanas donde actualmente se elabora magia culinaria para llevar platos a la mesa.