De acuerdo a datos oficiales proporcionados por las autoridades chinas, el país ha experimentado su primera reducción de la población en seis décadas. Estas cifras fueron registradas al finalizar el año 2022 y se anticipa que esto marque el inicio de un extenso período de disminución demográfica en la nación.
Varios especialistas se encuentran analizando lo que esta reducción podría significar para el gigante asiático en términos económicos, así como las repercusiones que podría tener a nivel internacional. Proyecciones a largo plazo de expertos de la ONU sugieren que la población de China disminuirá en 109 millones hacia 2050, superando ampliamente la estimación previa de 2019.
La Oficina Nacional de Estadísticas del país reportó una disminución de aproximadamente 850,000 personas, resultando en una población de 1,411,750 para el año 2022, marcando la primera caída desde 1961, el último año de la Gran Hambruna en China.
Para los demógrafos nacionales, existe la preocupación de que China envejezca antes de alcanzar un status de prosperidad económica para sus habitantes, lo que podría frenar el crecimiento económico a medida que disminuyen los ingresos y aumenta la deuda gubernamental debido a los crecientes costos en salud y bienestar.
“La perspectiva demográfica y económica de China es considerablemente más sombría de lo que se había anticipado. El país necesitará ajustar sus políticas sociales, económicas, de defensa y exteriores”, argumentó el demógrafo Yi Fuxian, en declaraciones a Reuters.
Desde una perspectiva internacional, los expertos señalan que la reducción de la fuerza laboral en el país asiático, junto con la caída en la influencia de su sector manufacturero, contribuirán a elevar aún más los precios y la inflación en Estados Unidos y Europa.
Las razones detrás de esta disminución demográfica son diversas, pero la mayoría se atribuyen a la política china de “un hijo por familia”, implementada desde 1980 hasta 2015.