Cinco factores para comprender la crisis del gobierno sirio, aliado de La Habana.

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Foto: Mohammad Bash | Shutterstock

Texto: Hugo León

En las últimas horas, numerosos titulares de importantes medios de comunicación del mundo han informado sobre la caída del gobierno de Bashar al-Assad. Sin embargo, ante la avalancha de información, es necesario profundizar en los antecedentes de la crisis siria, los últimos eventos en detalle y las posibles consecuencias que estos podrían acarrear.

Cinco claves para comprender el conflicto sirio y la caída del gobierno de Bashar al-Assad

Antecedentes de la crisis en Siria

Bashar al-Assad, quien ha permanecido en el poder desde el año 2000, es el sucesor de una dinastía que gobierna el país desde 1971. En el contexto de la conocida Primavera Árabe de 2011, reprimió de manera violenta las protestas que se propagaron a lo largo del país.

Los manifestantes exigían reformas democráticas que el régimen de Al-Assad se negaba a conceder, lo que llevó a una insurrección armada contra el gobierno. Este levantamiento incluyó un componente islamista que logró tomar gran parte de Alepo, la segunda ciudad más importante de Siria.

Con el respaldo de fuerzas iraníes, rusas y otros aliados, como la milicia libanesa Hezbolá, Assad logró expulsar a los rebeldes de la zona. Sin embargo, a lo largo de la última década, los rebeldes mantuvieron cierto control sobre áreas del país y, con apoyo externo, lograron fortalecerse.

Históricamente, Siria ha sido gobernada por la familia Assad durante más de cinco décadas. Primero por Hafez al-Assad (1970-2000) y luego por su hijo Bashar al-Assad. El país se ha transformado en un régimen autoritario dominado por el Partido Baath, que, aunque se presenta como laico, ha sometido a la mayoría sunita a la élite alauita a la que pertenece la familia Assad.

Los rebeldes y los bandos en conflicto

El principal grupo rebelde que busca derrocar al régimen de Assad es Hayat Tahrir al-Sham (HTS). Originalmente denominado Jabhat al-Nusra, este grupo fue fundado en 2011 como un afiliado directo de Al Qaeda. En 2016, el líder de la rama siria se separó de Al Qaeda y formó el HTS, integrándose con otros grupos rebeldes y combinando ideologías islamistas y nacionalistas.

Por otro lado, se encuentra una fuerza kurda, perteneciente a una minoría étnica en Siria, que ha sido en ciertos momentos el principal aliado local de EE. UU. en la lucha contra el Estado Islámico. Los kurdos consolidaron su control sobre las ciudades del noreste del país y allí establecieron una zona autónoma, enfrentándose también a las fuerzas turcas.

En el bando contendiente se encuentra el gobierno sirio. El régimen, liderado por Al-Assad, mantenía diversas fuerzas militares, paramilitares y de seguridad que le permitieron sostener su poder durante más de una década de conflicto. A su vez, el gobierno cuenta con milicias leales, en su mayoría compuestas por alauitas, el grupo étnico-religioso al que pertenece Assad.

El papel de los países que apoyan a cada bando

El conflicto en Siria ha evolucionado hacia un escenario de guerra por poderes, con múltiples países apoyando a diferentes actores en función de sus intereses estratégicos, religiosos o políticos.

Así, el régimen de Al-Assad ha contado con el respaldo de Rusia para mantener su influencia en Medio Oriente y proteger sus bases militares; de Irán, para asegurar su acceso a Líbano y apoyar a Hezbolá; y de China, que, aunque no ha sido un estado beligerante, ha proporcionado apoyo político a Assad en la ONU.

La oposición siria ha recibido gran apoyo internacional. Estados Unidos, por ejemplo, ha intervenido para derrocar a Assad y limitar la influencia rusa e iraní en la región. Turquía ha respaldado a facciones como el Ejército Nacional Sirio, mientras que Arabia Saudita, Catar y los Emiratos Árabes Unidos han apoyado grupos y milicias sunitas.

¿Cómo se logró en 11 días lo que pareció imposible durante 13 años?

Lo que ha sucedido en Siria es un giro sin precedentes de los acontecimientos. En menos de dos semanas, las fuerzas rebeldes lograron desbancar a un gobierno que había resistido durante 13 años. ¿Cómo fue esto posible?

En 2020, Turquía y Rusia negociaron un alto el fuego para detener un intento del gobierno por recuperar el control de la zona de Idlib; a pesar de algunos combates esporádicos, la tregua se mantuvo hasta el 27 de noviembre, cuando HTS anunció una ofensiva para disuadir al gobierno por sus ataques a civiles en el noroeste del país.

El gobierno sirio, debilitado por años de guerra y sanciones, y con componentes internos renuentes a continuar la lucha, no pudo ofrecer resistencia. Uno a uno, sus bastiones y ciudades fueron cayendo. En muchos de estos lugares se encontraron armamento pesado que podría haber sido utilizado para resistir, pero un ejército desmoralizado y líderes en fuga impidieron cualquier acción efectiva.

Además, los aliados de Al-Assad no se encuentran en la misma situación que hace unos años. Rusia se encuentra sumida en un desgaste bélico en Ucrania que ya lleva más de mil días; Hezbolá, respaldado por Irán, ha sufrido recientemente una dura ofensiva de Israel en Líbano, eliminando a comandantes militares iraníes y de Hezbolá en Siria.

Sin el apoyo de Rusia, Irán, y Hezbolá, Bashar al-Assad no habría podido resistir contra sus opositores, como tampoco lo ha podido hacer ahora. El desenlace, inesperado, finalmente se ha producido: el gobierno de Assad se desmoronó en un periodo de dos semanas.

La situación de Al-Assad

Bashar al-Assad supuestamente se encuentra en Moscú, ya que habría solicitado asilo político en Rusia, aunque esta información no ha sido confirmada por completo.

Lo que se conoce es que el exgobernante sirio abandonó Damasco en un avión, y desde Rusia se emitió un comunicado indicando que “tras negociaciones sostenidas entre Bashar al-Assad y varias partes en el conflicto armado en Siria, este decidió abandonar su mandato y el país, indicando que se llevaría a cabo una transición pacífica del poder”.

El primer ministro de Al-Assad, Mohammed al Jalali, anunció en un vídeo que estaba “dispuesto a cooperar” con cualquier líder elegido por el pueblo sirio, mientras el presidente huía en la madrugada del domingo.

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