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En la mañana de este sábado, dos trenes de carga chocaron en la provincia de Sancti Spíritus, lo que provocó el derrame de una de las pailas que contenía 60,000 litros de petróleo crudo. Aunque se logró controlar la situación, se reportan pérdidas significativas en un momento crítico para Cuba, que enfrenta una de sus mayores escaseces de combustible.
La colisión ocurrió entre el Tren Extra 67, que contaba con la locomotora 52538 y 26 vagones cargados, y el Tren Extra No.912, con la locomotora 38266 y 11 vagones cargados.
Uno de los trenes transportaba recursos desde la Zona Especial de Desarrollo del Mariel hacia Camagüey, mientras que el otro, cargado de crudo nacional, se dirigía hacia la Refinería para su posterior procesamiento.
Según el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, «el incidente de este choque de trenes es consecuencia del incumplimiento del reglamento de operaciones de los ferrocarriles. Como marca el procedimiento, se ha formado una comisión investigadora para esclarecer las causas y circunstancias que llevaron al descarrilamiento».
El ministro también afirmó que el evento complica aún más la situación económica, «particularmente en un contexto donde es necesario optimizar todos los recursos disponibles»; además, genera daños ambientales, lo que puede conllevar a la aplicación de medidas penales y correctivas.
Las estimaciones preliminares realizadas por el Centro de Servicios Ambientales indican que los daños fueron limitados, ya que «los canales excavados por los vecinos cercanos a la línea ferroviaria permitieron que el petróleo se drenara en esas zanjas».
No obstante, las delegaciones de Higiene y Epidemiología en la área afectada deberán monitorizar los pozos de agua potable de los alrededores para verificar si han sufrido contaminación, recomendando evitar el consumo de esas fuentes hasta que se emita un dictamen que confirme lo contrario.
A pesar de los intentos del Gobierno por minimizar la verdadera magnitud del impacto ambiental, se reporta que la exposición a suelos contaminados puede representar un riesgo para la salud de los habitantes de las comunidades cercanas, como es el caso del poblado de Guayos.
Este no es el primer accidente en la vía. A finales de septiembre, un descarrilamiento en la Carretera Central provocó el cierre del tramo ferroviario en la provincia de Matanzas.
En esa ocasión, el ministro resaltó que se llevarían a cabo análisis sobre las causas del accidente y cómo prevenir y mitigar el impacto de estos eventos; sin embargo, no se han divulgado las causas y los incidentes continúan ocurriendo.