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Era un rostro bien familiar en la televisión cubana, pero su entrada al elenco del programa humorístico Vivir del Cuento como Isidoro, sobrino de Ruperto e hijo de Consuelo, hizo que Marlon Pijuan se ganara un lugar especial en los hogares cubanos.
“Nunca pensé que Isidoro alcanzaría tanto reconocimiento, que la gente lo quisiera tanto”, ha compartido el joven actor con la prensa acerca de su personaje, un joven irreverente y despreocupado que busca representar una parte de la comunidad gay poco vista en la televisión.
“Normalmente, en el humor y la televisión, el personaje gay es marginado o se convierte en objeto de burlas; no es un buen ejemplo. Quería presentar un personaje moderno: joven, educado, inteligente, cariñoso, amable, servicial, y que no es objeto de burla, sino que sirve como un modelo a seguir, mostrando los valores que tiene un joven cubano hoy en día, tanto aquí como en cualquier parte del mundo”, explicó Pijuan, quien comenzó a actuar de manera lúdica en La Colmenita y en su adolescencia decidió que seguiría este camino profesionalmente.
Su debut en el cine fue como director de casting y con un personaje que hablaba inglés en la película Cuba Libre. Gracias a Jazz Vilá, ha tenido un exitoso recorrido en el teatro y también ha presentado varios concursos de talentos en la televisión, todas experiencias que han enriquecido su trayectoria profesional y personal. Sin embargo, fue el papel de Isidoro, o Isi, el que marcó un antes y un después en su carrera.
Pijuan llegó a Vivir del Cuento con el deseo de disfrutar trabajando junto a los actores que ya conocía de un espectáculo anterior. No obstante, poco imaginaba que Isidoro se convertiría en un personaje muy querido por el público cubano.
Conforme ha declarado Pijuan a los medios, construyó la historia de Isidoro tomando como referencia a varios amigos de su entorno, personas maravillosas y talentosas con las que ha compartido, viviendo de cerca sus conflictos.
“Es muy invasivo que la gente se preocupe por la preferencia sexual de los demás, porque al final nadie sabe lo que ocurre en la intimidad de las parejas, sin importar si son heterosexuales, homosexuales, trans o bisexuales”, confesó. “El personaje de Isidoro se basa en el respeto que les tengo a estos amigos a quienes valoro profundamente: bailarines, actores, músicos… Defiendo con fuerza los derechos de esta comunidad, ya que no es necesario ser gay para hacerlo”.
Por el enorme respeto que siente hacia el público, considera la popularidad como una responsabilidad en su carrera, un indicativo de que su trabajo está llegando a la gente: “Creo que el arte no se crea para los críticos ni para los expertos, sino para el público, para la gente común, ya sea el vecino del barrio o cualquier persona que te vea por YouTube, porque nunca sabes quién te está mirando”.
Quizás Marlon Pijuan nunca sepa con certeza quién lo está observando; sin embargo, tiene una certeza: Isidoro, que comenzó siendo solo el sobrino de Ruperto, ha logrado hacerse un nombre propio entre los personajes más carismáticos de Pánfilo.
