Foto: RL Hevia
Texto: Raúl del Pino
Han pasado más de dos semanas desde la conclusión de la 62 Serie Nacional, pero aún persisten fragmentos de su tumultuosa travesía desde marzo hasta agosto de este año. Entre los múltiples dramas que «animaron» la última edición del pasatiempo más querido por los cubanos, el tema de las pelotas ha sido uno de los más destacados.
En mayo, la Comisión Nacional admitió que se utilizaron dos tipos diferentes de pelotas durante la competición: las adquiridas a la marca Teammate y otras de producción Batos, las cuales fueron empleadas para suplir la falta de las oficiales debido al retraso de un envío.
Sin embargo, lo más insólito ocurrió posteriormente, durante la postemporada, cuando se observó una notable disminución en la producción ofensiva en algunos partidos de cuartos de final. Al investigar las causas, se determinó que las bolas en uso no cumplían con las especificaciones requeridas: su bote era inferior y se desgastaban rápidamente.
Los organizadores de la Serie se vieron obligados a aceptar públicamente el fiasco y responsabilizaron a la marca con sede principal en San Marino. A pesar del escándalo, la firma, patrocinadora oficial de la Confederación Mundial de Softbol y Béisbol, no había realizado ninguna declaración… hasta ahora.
En la edición reciente del programa Bola Viva, el periodista y presentador Carlos Hernández Luján compartió que dicho espacio televisivo, dedicado al béisbol nacional, informó que representantes de Teammate visitaron La Habana recientemente para investigar lo ocurrido en los playoffs.
Los visitantes corroboraron que al menos 200 docenas de pelotas, de las 600 contratadas para la Serie 62, no cumplían con los estándares del modelo Teammate 190 utilizado oficialmente en el torneo. Además, concluyeron que la responsabilidad recaía en la fábrica que produce los implementos en Asia.
Las pelotas de calidad inferior provenían de un lote de fogueo utilizado en ligas de ese continente y, por un error, fueron enviadas a Cuba. Para rectificar el error, la empresa se comprometió a compensar la cantidad defectuosa de este año y a proveer sin costo la cantidad necesaria para la próxima serie.
Asimismo, la firma deportiva intentó mejorar su reputación afirmando que desde 2018 han proporcionado 136 mil 500 pelotas a Cuba sin que se hubiera presentado un problema. También añadieron que sus bolas son las utilizadas en todos los campeonatos europeos y se emplearán próximamente en la primera edición de la Champions League de Béisbol y en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile.
Todo este reparo fue expuesto por Teammate en una carta dirigida a la Federación Cubana de Béisbol, la cual, curiosamente, llegó a manos de Bola Viva. Aquí también surge la pregunta: ¿por qué el organismo que regula el deporte nacional cubano no ha sido capaz de ofrecer las explicaciones pertinentes por sí mismo, en lugar de hacerlo a través de terceros?
A pesar de que se ha arrojado algo de luz sobre este asunto, lo cierto es que desde su llegada al deporte cubano, la marca Teammate ha permanecido bajo el escrutinio constante, aunque no solo por las pelotas, sino también por la tardanza en la entrega de uniformes y otros problemas. Parece una historia interminable.