Competencias de automóviles en Cuba: ¿son legales o ilegales?

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Foto: Shutterstock

El deporte automovilístico en Cuba cuenta con una rica historia, incluso antes de que franquicias como Rápido y furioso alcanzaran popularidad en la Isla caribeña. En el territorio nacional, se organizaban grandes carreras de autos. Sin embargo, tras 1959, esta actividad fue prohibida por las autoridades, argumentando que no se alineaba con los intereses del nuevo proyecto social.

Recientemente, hace menos de un mes, en San Nicolás de Bari, un grupo de entusiastas logró obtener todos los permisos oficiales necesarios para organizar una carrera automovilística en una pista autorizada. La competencia fue organizada por el Club de Amigos del Motor, en la antigua pista de aviación del lugar, situada a aproximadamente 60 kilómetros al sureste de La Habana.

Antes de esta, de manera oficial, la última carrera de automovilismo celebrada en Cuba databa de 1960, donde el legendario piloto británico Stirling Moss se alzó como campeón al volante de un Maserati Birdcage. Sin embargo, estos títulos oficiales no engañaron a los ciudadanos cubanos por mucho tiempo; ante la falta de un entorno adecuado y las necesarias autorizaciones, han estado corriendo de manera clandestina en motos y autos, tanto en carreteras como en parajes desiertos.

En este contexto, Carlos Morejón, un corredor de 34 años que compite en una moto Honda CBR 1.000 RR, reveló a la agencia estadounidense AP que si “me prohíbes correr, te haré caso, pero iré a una vaquería (descampado), una autopista, donde no me veas. Es imparable”.

Motivando esta perspectiva, muchos de los corredores sostienen que la coordinación y organización de estas carreras es una forma más efectiva de erradicar apuestas o posibles “indisciplinas sociales”, justificaciones que ofrece el gobierno cubano para vetar estas actividades.

En esta primera prueba en San Nicolás de Bari, tomaron parte 32 pilotos, 20 en motos y 12 en automóviles. Al inicio de la competición, paramédicos revisaron la presión arterial de los competidores y además, los vehículos fueron sometidos a una inspección rigurosa.

La intención de los organizadores del evento es, también, sacar a los competidores de la vía pública, donde muchos, adentrándose en la noche, buscan practicar en estas carreras, lo cual representa un alto riesgo, no solo para ellos, sino también para aquellos que, sin participar, conviven en el mismo espacio y tiempo.

A lo largo de la última década, el club Amigos del Motor ha realizado principalmente exhibiciones de habilidad y competiciones de vehículos clásicos y grandes automóviles, pero los fanáticos aspiran a poder incluir vehículos modernos en las competencias.

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