Foto: RL Hevia
Este viernes se conectó al Sistema Electroenergético Nacional el primer parque fotovoltaico instalado en Cuba, localizado en La Habana, con una capacidad máxima de generación de 21,7 megawatts.
Los medios oficiales resaltaron que en este parque se han instalado 42,588 paneles de 550 watts, distribuidos en aproximadamente 1,635 mesas. Esto resultará en un ahorro de más de 8,500 toneladas de diésel al año, además de que, durante el pico del mediodía, contribuirá a satisfacer la demanda energética y disminuirá la incidencia de apagones.
Se indicó que 30 operadores estarán organizados en cuatro turnos de trabajo; durante el día gestionarán la generación de energía y, en la noche, desempeñarán funciones de vigilancia.
También se destacó que el mantenimiento del parque se limitará a la limpieza natural o mediante fregadora, así como a la atención de los datos proporcionados por la cámara termográfica y la revisión de todos los componentes.
El parque ofrece una garantía de más de 10 años para los inversores y más de 20 años para los paneles, respaldada por los fabricantes chinos.
Cuba planea instalar, para el año 2028, un total de 92 parques, los cuales aportarán más de 2,000 megawatts de potencia, con el objetivo de mitigar la crisis en la generación distribuida, provocada por la escasez de combustible y las constantes fallas y mantenimientos en las termoeléctricas.
Este año, según la prensa estatal, se espera completar la construcción de los primeros 55 parques solares fotovoltaicos, cada uno con una capacidad de 21.8 megawatts, lo que asegura que muchos territorios contarán con una parte significativa de energía en ciertos horarios, reflejando así su impacto social.
A pesar de estos avances, Cuba aún enfrenta considerables desafíos en su sector energético. La infraestructura eléctrica del país es una de las más anticuadas de América Latina, con una gran dependencia de combustibles fósiles importados, especialmente petróleo, lo que ha conducido a apagones prolongados.