Foto: Alexandre Meneghini | Reuters
A pesar de que el discurso oficial gira en torno al bloqueo como la razón de los apagones y de que los medios estatales relatan la historia de los trabajadores que reparan las termoeléctricas en tiempo récord, no hay un cubano que enfrente los cortes de electricidad con optimismo.
Quizás con resignación, pues el cubano ya ha vivido suficientes crisis de todo tipo: energéticas, económicas, migratorias… Sin embargo, los apagones generan una especie de onda expansiva emocional que dificulta que los afectados los tomen con calma.
A excepción de La Habana, donde es un secreto a voces que los cortes de electricidad son escasos, en el resto de Cuba no se habla de otra cosa: en las largas colas para comprar pollo, en las farmacias, en las esquinas de los barrios y hasta en los centros de trabajo, donde a menudo la gente llega sin haber podido dormir por el calor de la madrugada.
A diferencia de la década de los 90, cuando los apagones duraban 12 horas, los cortes de hoy no solo causan malestar en la vida cotidiana, sino que rápidamente se trasladan a las redes sociales, donde surgen numerosas publicaciones que varían desde lo satírico hasta lo hipercrítico, según el humor o la indignación del ciudadano.
La Empresa Eléctrica en varias provincias de Cuba ha habilitado canales de comunicación en Internet para informar sobre los horarios de cortes, pero esta estrategia tampoco ha logrado calmar los ánimos de los cubanos, que acuden a las redes para expresar su descontento.
“Una cosa es que uno se resigna, estoicamente, a sufrir apagón tras apagón, con la esperanza de que algún día, quizás en julio, este ciclo crítico en la generación eléctrica nos dé un respiro y nos permita trabajar, vivir y descansar de nuevo; y otra muy distinta es alabar los apagones e intentar hacer poesía de ellos”, escribió recientemente en Facebook Pedro de Jesús López Acosta, un destacado intelectual cubano que ha ganado el Premio Alejo Carpentier en dos ocasiones, reafirmando que Facebook es, sin duda, la red social favorita de los cubanos para hacer catarsis.
Publicaciones de inconformidad e incertidumbre, comentarios incisivos, memes y las tradicionales fotografías de hogares a oscuras son algunas de las expresiones más comunes en los espacios virtuales en estos días, justo cuando el verano está a punto de comenzar y aún no se vislumbra —literalmente— la luz al final del túnel en cuanto a la generación eléctrica en Cuba.