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A pesar de que muchos cubanos en la actualidad buscan la manera de celebrar un fin de año tranquilo, lleno de platillos tradicionales, hay otros rituales significativos de esta fecha que muchas personas continúan practicando.
El 31 de diciembre es un día muy especial en Cuba, donde se conmemoran varias tradiciones que se han convertido en parte integral de la cultura popular del país. Estas costumbres son el resultado de una mezcla de influencias que se han transmitido a lo largo de las generaciones.
Una de las tradiciones más arraigadas en Cuba es lanzar un cubo de agua a las 12 de la noche. Se dice que esto contribuye a purificar el alma y ahuyentar las malas energías del año que se va. Además, es una forma divertida de celebrar la llegada del nuevo año. En este contexto, también se destaca la quema del muñeco, que consiste en armar un gran muñeco en las afueras del hogar utilizando retazos de tela y otros objetos que se desean dejar atrás para no «arrastrarlos» al nuevo año.
Otra costumbre popular en la Isla es vestir de blanco. Esta tradición se originó principalmente por la influencia de las telenovelas brasileñas, en las que los personajes se vestían con este color para atraer la buena suerte y la paz en estas fechas especiales. En Cuba, se ha vuelto especialmente popular entre los jóvenes.
Un hábito interesante es llevar una prenda interior roja. Se cree que esto atrae la pasión y el amor en el nuevo año, además de añadir un color vibrante a la celebración.
Otra curiosa tradición es dar la vuelta a las cuatro esquinas con una maleta, un gesto que se considera garantiza un viaje exitoso en el año venidero. Es una costumbre original y divertida que se ha convertido en parte esencial de la celebración.
Algunas personas optan por llevar monedas en sus bolsillos como talismán para atraer la buena fortuna, simbolizando riqueza y prosperidad en el nuevo año. Esta también es una forma lúdica de aprovechar la ocasión.
Por último, destaca otra peculiaridad: tirar un huevo en una de las cuatro esquinas, una práctica que se dice ayuda a alejar las malas energías y atraer la suerte. En ocasiones, esto se realiza después de frotar el huevo contra el cuerpo. Aunque esta práctica se utiliza en otras épocas del año como parte de trabajos religiosos en las prácticas afrocubanas, el 31 de diciembre también es un día en el que se lleva a cabo.
Otras tradiciones, aunque no menos importantes, son más difíciles de mantener en la Cuba actual. Estas incluyen brindar a la medianoche con sidra o algún vino espumoso y, en épocas pasadas, adoptar la tradición española de comer uvas, aunque a menudo no se consumían las doce ni coincidían con las campanadas que marcan el inicio del nuevo año.