Foto: Roy Leyra
Este domingo marca una semana desde las históricas protestas en Cuba. Las manifestaciones tuvieron lugar en diversas provincias de la isla, motivadas por miles de cubanos que exigían una variedad de reformas en los ámbitos económico, político y social. La respuesta del gobierno fue la represión, y actualmente se reportan decenas de detenidos en las estaciones y cárceles del país.
Tras las manifestaciones, el gobierno cubano cortó el servicio de internet mediante datos móviles, dejando a los cubanos sin comunicación. Según el canciller Bruno Rodríguez, esta acción se tomó en un contexto en el que Cuba debía “defenderse”. Gradualmente, el acceso a internet ha regresado, aunque los informes de este domingo señalan que la velocidad de conexión es anormalmente lenta. Además, el acceso a redes sociales sigue siendo restringido en gran parte del país, lo que ha llevado a los cubanos a utilizar VPN y otras aplicaciones para eludir la censura.
Los días posteriores a las protestas han sido muy difíciles para la nación. Uno de los momentos más condenados fue la convocatoria del presidente Díaz-Canel a los revolucionarios y comunistas a salir a las calles y contrarrestar las manifestaciones en contra del gobierno. Muchos interpretaron este llamado como una incitación a la represión por parte de las fuerzas leales al gobierno contra los protestantes. En las redes sociales, esta invocación a la violencia y la represión fue objeto de severas críticas.
Después de su exhorto a la confrontación, el presidente Díaz-Canel moderó su tono y optó por un llamado al diálogo y al respeto. Además, afirmó que sus declaraciones durante una “improvisada conferencia de prensa” fueron malinterpretadas o manipuladas para perjudicar su gobierno. En su última aparición, durante el cierre de una marcha multitudinaria organizada por el gobierno, enfatizó que “Cuba es de todos”, una frase que los críticos del régimen habían utilizado para abogar por una Cuba más inclusiva.
En días posteriores a las protestas, se reportó un muerto durante una manifestación que se dirigía hacia una estación de policía en la Güinera, en las afueras de La Habana. Se trataba de Diubis Laurencio, un joven de 36 años con antecedentes penales, según datos del Ministerio del Interior. Los manifestantes se enfrentaron a partidarios del gobierno y a la policía. Además de la primera víctima, se confirmaron múltiples heridos. Según informes de diversos medios, tras enterarse de la muerte de su hijo, la madre de Diubis se quitó la vida.
Fuentes no oficiales indican que los heridos ascienden a decenas y que podrían registrarse más fallecimientos, aunque no se han confirmado de manera oficial. Sin embargo, se han viralizado numerosos videos que documentan la represión ejercida por la policía y las tropas especiales. El canciller Rodríguez comparó las escenas en Cuba con otras más graves ocurridas en Europa, lo que atrajo críticas generalizadas de los usuarios en línea, quienes nunca imaginaron que las tropas especiales intervendrían con tanta fuerza para reprimir a los cubanos.
El gobierno ha caracterizado a los manifestantes como mercenarios, vándalos o delincuentes, intentando respaldar esta afirmación con videos que muestran asaltos a tiendas y enfrentamientos con la policía que han sido difundidos por la televisión estatal. Sin embargo, los medios controlados por el estado han ignorado los abusos y el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía.
Artistas cubanos han condenado sin reservas la represión. Muchos músicos y artistas reconocidos, como Los Van Van, Adalberto Álvarez, Leo Brouwer, Haydée Milanés y Pedro Pablo Oliva, se manifestaron en contra del uso de la fuerza contra “nuestro pueblo” y llamaron al diálogo y la reconciliación entre los cubanos. Asimismo, artistas internacionales como Daddy Yankee, Residente y Luis Fonsi han expresado su apoyo a los manifestantes y a la isla en medio de su crisis sanitaria. Organismos internacionales como la ONU, la OEA, la Unión Europea y varios países, incluidos aquellos con vínculos estrechos al gobierno cubano, también han hecho declaraciones al respecto.
Las protestas de los partidarios del gobierno y las convocatorias masivas organizadas desde el oficialismo para contrarrestarlas se han producido en un contexto crítico de la crisis por COVID-19 en Cuba. Las autoridades de salud y el propio gobierno, antes de estos eventos, habían advertido a la población sobre la necesidad de extremar las precauciones ante el aumento de contagios, que han causado más de 1400 muertes en el país, siendo la variante delta la más contagiosa.
A pesar de esta situación, el Dr. Durán, Jefe de Epidemiología, elogió la convocatoria gubernamental del sábado, sus comentarios generaron controversia en las redes. “Cuba vibró”, afirmó Durán sobre las manifestaciones organizadas que reunieron a miles de personas y fueron respaldadas por centros de trabajo y educación, entre otros.
Los eventos de este tipo usualmente han mostrado un incremento en los contagios por COVID-19 en otros países. Considerando la situación de salud en Cuba, especialmente el colapso en hospitales en provincias como Matanzas, un aumento significativo de casos tras esta semana de protestas sería catastrófico para la salud pública.
El resultado principal podría ser el enfermar o incluso el fallecimiento de muchos más cubanos, pues la muerte no discrimina entre ideologías. Para algunos, las estrategias del gobierno para enfrentar las quejas de miles de ciudadanos que se manifestaron no han sido coherentes, sumando a sus primeros llamados a la confrontación.
Las calles continúan siendo patrulladas por la policía y las tropas especiales. Se han registrado más protestas desde el domingo pasado, aunque no han escalado debido a la intervención policial. El clamor de miles de personas y figuras internacionales, incluidos el papa Francisco, se ha centrado en la necesidad de concordia y entendimiento. También se ha exhortado a reflexionar sobre el uso adecuado de la política y a preservar la estabilidad del país mediante el diálogo y la no violencia. Muchos coinciden en que el gobierno debe prestar atención a las demandas de los cubanos para evitar una crisis mayor. Porque, como señaló un usuario en las redes, nadie que ame a su país quiere ver a Cuba conectada a un respirador.