Foto: Jorge Luis Borges
Cuba se enfrenta a un incremento descontrolado de la pandemia de coronavirus, ya que cada día se reportan cifras alarmantes de fallecidos y contagiados. Este sábado se registraron 80 muertes y 8,853 nuevos casos, las cifras más altas desde que comenzó la pandemia en marzo de 2020.
Hasta la fecha, se han contabilizado un total de 2,351 fallecidos debido al COVID-19 en el país, así como 332,968 casos confirmados, destacando una predominancia en la transmisión autóctona.
Este panorama fue presentado hoy durante la rueda de prensa del doctor Francisco Durán García, director nacional de epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP). En su intervención, hizo un llamado a la responsabilidad y cuidado, enfatizando la importancia de seguir las medidas de higiene y evitar aglomeraciones, al mismo tiempo que atribuyó el aumento en la transmisión en toda la isla a las nuevas cepas del virus, Beta y Delta, esta última considerada la más agresiva y que implica un mayor riesgo de gravedad en la enfermedad.
Las cifras actuales parecen corroborar las predicciones matemáticas de Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de La Habana, quien anticipa que, a corto plazo, el número de casos confirmados seguirá en aumento, al menos hasta finales de este mes. “El pico, en el mejor de los escenarios, se alcanzaría a finales de julio, mientras que en los otros escenarios sería a principios de agosto. Podríamos llegar hasta 9,500 casos confirmados, de ahí la importancia de las campañas de vacunación”, advirtió.
Desde hace varias semanas, las altas esferas del gobierno han expresado su esperanza de que agosto sea un mes más favorable en el manejo del COVID-19. Así lo reiteró el primer Ministro Manuel Marrero Cruz a los medios de comunicación, mientras que Guinovart sostiene que los efectos de la vacunación se notarán el mes próximo, al que califica como “decisivo”. “Si conseguimos que las personas comprendan la necesidad de protegerse tras ser vacunadas, mientras se sigue con la campaña de vacunación, podríamos llegar a finales de agosto o principios de septiembre con una situación mejorada respecto al COVID-19 en nuestro país”, apuntó.
En este contexto de agravamiento de la pandemia en Cuba, algunas voces en las redes sociales han señalado que las cifras actuales de muertes y contagios eran previsibles desde que el 11 de julio parte de la población cubana, en su mayoría jóvenes y también personas mayores, salió a las calles en demanda de una mejor calidad de vida y libertad de expresión. El presidente cubano, Raúl Díaz-Canel, respondió que “la calle es de los revolucionarios” e instó a un enfrentamiento entre cubanos, aunque días después intentó matizar su discurso diciendo que su comentario fue hecho en un momento de “una conferencia de prensa improvisada”.
Asimismo, se han escuchado comentarios en las calles sobre las concentraciones organizadas por el gobierno en La Habana y el resto del país en respuesta a los eventos del 11J, y se sostiene que estas también contribuyeron a la propagación del virus, ya que este “no tiene un cartelito”, como afirman muchos, que indique su afiliación “revolucionaria” o de otro tipo.
Las evacuaciones realizadas en anticipación a la posible llegada de la tormenta Elsa también pudieron haber influido negativamente en las cifras de contagios que se reportan actualmente.
“Esperemos los próximos días”, comentó una mujer cercana a los 50 años en el Vedado, quien está convencida de que los días venideros no traerán buenas noticias respecto a la propagación del coronavirus en toda la isla.
Una de las principales preocupaciones de quienes siguen las actualizaciones diarias sobre la compleja situación del COVID-19 en esta región es la falta de control que perciben de parte del gobierno y las autoridades sanitarias en la gestión de la pandemia. No obstante, estas aseguran que resolverán la situación y que, a pesar del contexto, el panorama es menos complicado que en otros países de América y Europa, con los que suelen hacer comparaciones, posiblemente como una forma de mitigar la percepción de los indicadores negativos.
Los ciudadanos reiteran con frecuencia que en Cuba no se cuentan con los recursos necesarios para combatir esta crisis; faltan medicamentos, una alimentación adecuada y capacidades hospitalarias. En Matanzas, una de las localidades más afectadas por el coronavirus, las instalaciones han colapsado, lo que muchos temen que pueda ocurrir en otras ciudades y regiones si la curva del COVID-19 sigue en ascenso.
En las circunstancias actuales, las autoridades de salud destacan que la agresividad de las nuevas cepas ha llevado a que personas más jóvenes, e incluso niños lactantes, se vean afectados por el coronavirus. Así, el día anterior de los 8,853 casos positivos, 1,632 correspondían al grupo de menores de 20 años; 2,609 a aquellos entre 20 y 39 años; 2,983 a la franja de 40 a 59, y 1,629 a los mayores de 60 años, considerados el grupo de mayor riesgo.
Hoy se reportó en La Habana, que volvió a liderar los índices de la pandemia, con 1,481 contagios, seguida por Matanzas con 1,461 y la provincia oriental de Guantánamo, que presentó 1,181 casos positivos. Sin embargo, en toda Cuba continúa una alta transmisión del virus.
En las unidades de terapia intensiva actualmente son atendidos 359 pacientes, de los cuales 153 se encuentran en estado crítico y 206 en estado grave.