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Cuba finalizó su participación en las jornadas del mundial de Atletismo sin medallas. La última esperanza de la delegación cubana que asistió a Oregón era el triplista Lázaro Martínez, quien se quedó sin opciones de podio al registrar tres fouls consecutivos en la final de su especialidad.
Esto marcó la peor actuación histórica de los equipos de la Isla (aunque no de los atletas cubanos) en este tipo de competiciones.
El triplista, que había triunfado en marzo en el evento universal bajo techo de Belgrado, no logró realizar un solo salto válido, lo que lo llevó a autoeliminarse de la lucha por las medallas.
Un destino similar vivieron otros destacados aspirantes nacionales, como la lanzadora de disco Yaimé Pérez y el saltador de longitud Maykel Massó.
Sin embargo, un competidor nacido en Cuba se llevó una medalla en la cita estadounidense: el portugués Pedro Pablo Pichardo obtuvo el oro en el triple salto con un impresionante registro de 17.95 metros.
Desde que comenzaron estas competiciones en 1983, Cuba nunca había regresado sin premios de ningún Mundial.