FotoCollage: Angélica Mora Beals | Flickr
Es preocupante la posición que ocupa Cuba en el ranking global presentado por World Prison Brief (WPB, por sus siglas en inglés), una investigación estadística sobre los sistemas penitenciarios en todos los países. La Isla ha quedado en segundo lugar, superada únicamente por El Salvador.
Cuba posee la segunda tasa más alta de población carcelaria en el mundo, alcanzando una cifra de 794 por cada 100,000 habitantes, lo que suma un total aproximado de 90,000 personas en prisión.
El Salvador, conocido por su grave historial de violencia, pandillas y crímenes organizados, se encuentra a la cabeza con una tasa penitenciaria de 1,086.
La iniciativa, promovida por el Instituto para la Investigación de Políticas de Justicia y Crimen (ICPR) de la Universidad de Londres, recopila datos fundamentados en cifras de fuentes oficiales o gubernamentales.
En este contexto, la ONG Prisoners Defenders ha estado realizando un trabajo de búsqueda y denuncia desde 2020, en colaboración con otras organizaciones, eurodiputados y diversas personalidades.
“Prisoners Defenders demostró, con información probatoria interna del Ministerio del Interior, tanto la población carcelaria de Cuba como las estadísticas nacionales de represión en diferentes ámbitos, incluyendo una investigación sobre las condenas predelictivas complementarias, por las cuales pagamos a funcionarios de Cuba por las fichas policiales de todos los presos por predelictiva”, declaró Javier Larrondo, presidente de la ONG, a Martí Noticias.
Esta investigación reveló que Cuba cuenta con 90,000 presos en sus cárceles y otros 37,500 condenados en situaciones de reclusión domiciliaria o trabajo forzoso sin internamiento.
Asimismo, Larrondo afirmó: “Cuba presenta una población carcelaria alarmante y lidera la represión mundial de manera oficial y transparente, estableciendo un récord que podría perdurar años, mientras la dictadura continúe. El World Prison Brief cuenta con la validación de todas las instituciones políticas del mundo, un logro sin precedentes”.
Ruanda, Turkmenistán, Samoa y Estados Unidos, que ocupa el sexto lugar, encabezan este listado. “Los organismos de supervisión y agencias regionales de normalización, así como gobiernos, periodistas, organizaciones de la sociedad civil, economistas, académicos y investigadores sociales utilizan regularmente los datos del WPB”, señala la World Prison Brief, Institute for Crime & Justice Policy Research.
Además, añaden: “Los datos se emplean como indicadores de desarrollo humano y para comparecer internacionalmente sobre el uso del encarcelamiento. Los informes oportunos, precisos y coherentes sobre la población carcelaria mundial y sus tendencias cumplen funciones vitales. Facilitan el debate basado en evidencias sobre el uso, los efectos y los costos del encarcelamiento y las alternativas disponibles. Informan las decisiones políticas sobre cómo abordar la delincuencia. Aseguran la transparencia y la responsabilidad en la política de justicia penal y ayudan a supervisar el cumplimiento de las normas internacionales de derechos humanos”.