Foto: Cuba Noticias 360
Texto: Hugo León
Por tercer año consecutivo, desde la Asamblea Nacional del Poder Popular se emite la advertencia de que se eliminarán los subsidios a los productos de la canasta básica que se distribuyen a través de la libreta de abastecimiento.
Como dice la sabiduría popular, “a la tercera va la vencida”, y en las calles de la isla no se discute hoy de otro tema que no sea este y las repercusiones que podría tener para miles de personas de bajos ingresos.
De acuerdo con el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, el plan ya fue aprobado y se implementará, aunque no se ofrecieron muchos detalles al respecto.
“Esto impacta en el presupuesto; estamos buscando los mecanismos y lo iremos implementando poco a poco, producto a producto, pero es un camino que no tiene marcha atrás”, afirmó tajantemente.
La eliminación de los subsidios a productos y servicios básicos forma parte del plan del Gobierno para corregir distorsiones económicas y reimpulsar la economía. Sin embargo, a pesar de que todo esto fue aprobado hace un año por el Consejo de Ministros, los resultados no han sabido cumplir las expectativas.
“Tenemos la insatisfacción de que no se ha avanzado lo necesario”, reconoció Marrero Cruz.
“Un análisis que concluimos es el de eliminar totalmente el subsidio de la canasta básica. El tema es complicado, porque no solo habría que subsidiar a personas en situación de vulnerabilidad. Prácticamente a la mayoría de los trabajadores presupuestados sus salarios no les permitirían cubrir esa diferencia”, añadió.
Para él, la gestión del gobierno debe centrarse en redirigir los subsidios hacia las personas en situación de vulnerabilidad, a fin de no agravar las condiciones de vida en el país.
Sin embargo, en una isla donde la mayoría de las personas apenas logran ganar lo suficiente para adquirir incluso un cartón de huevos en el mercado no estatal, la decisión de eliminar subsidios conlleva un alto costo social.
La libreta de abastecimiento fue establecida por el gobierno revolucionario, no debido a la abundancia de productos en Cuba, sino para racionar lo que la deteriorada industria podía ofrecer. Ahora que dicha industria puede ofrecer incluso menos, abolir la libreta podría tener consecuencias graves.
