Imágenes: Jorge Luis Borges
Es indiscutible que uno de los rasgos más distintivos de la sociedad cubana es la sensación de seguridad que se vive en sus calles. A diferencia de otros países de América Latina, la violencia callejera no es algo común. Sin importar las inclinaciones ideológicas, muchos cubanos coinciden en que esta característica es fundamental en la isla. Sin embargo, vale aclarar que esto no implica que no existan delitos como robos, asesinatos o asaltos; lo cierto es que la cantidad de estos eventos no se compara en absoluto con lo que se observa en otras partes de América Latina.
No obstante, la situación parece estar cambiando. En las últimas semanas del año pasado, se registraron robos violentos, asaltos y crímenes con víctimas fatales. Los principales objetivos de estos actos han sido, en particular, los choferes de motos eléctricas, a quienes han agredido para despojarlos de sus vehículos, y en algunas ocasiones han sido asesinados.
Los asaltos también han afectado a conductores de automóviles y transeúntes, a quienes les han quitado prendas y teléfonos móviles. En las redes sociales han circulado videos que muestran a los delincuentes cometiendo robos en plena vía pública. La policía ha respondido de inmediato, ofreciendo su versión de los acontecimientos, tras la sorpresa de miles de cubanos frente a la violencia explícita que se aprecia en dichas imágenes.
Una comunicación del Ministerio del Interior afirmó que algunas de estas publicaciones no reflejan la realidad actual del país y fueron difundidas con el propósito de perturbar la tranquilidad ciudadana. Al mismo tiempo, reconoció que sí se han cometido delitos de esta índole y sus responsables se encuentran bajo investigación. También señalaron que las autoridades están trabajando para esclarecer otros casos delictivos y atrapar a los culpables.
La declaración fue interpretada de diversas maneras por la población. Algunos agradecieron la respuesta del Ministerio del Interior, mientras que otros argumentaron que solo se trataba de una justificación para disminuir las preocupaciones de un pueblo que enfrenta una severa crisis económica, con las secuelas emocionales que ello conlleva.
Las calles, como siempre, han sido el mejor termómetro para medir el pulso de la sociedad. Muchos esperaban que esta inusual ola de violencia se disipara con el nuevo año. Lamentablemente, eso no ha sucedido. Existen negocios privados que no ofrecen servicio a domicilio después de las 6:00 p.m. para evitar que sus choferes enfrenten situaciones peligrosas en las calles, y se reportan con frecuencia más asaltos a motoristas y robos de automóviles.
Un chofer relacionado con la aplicación de taxis La Nave comentó a Cuba Noticias 360 que no trabajan después de las 7:00 p.m. “Varios de mis colegas han tenido algún percance y prefiero evitar cualquier inconveniente aunque pierda algo de dinero. Aunque la aplicación registra los nombres y direcciones de los pasajeros, es preferible prevenir”, nos dijo.
Un conductor de un “almendrón” azul que cubre la ruta de La Víbora al Vedado nos relató que antes de aceptar a un pasajero lo observa de “pies a cabeza” y si cumple con sus criterios, lo sube. Nunca supimos cuáles son esos criterios, pero es evidente que ese tipo de conductas, que se replican entre otros choferes, reflejan una preocupación que persiste en las calles cubanas.
Un joven motorista que trabaja para el negocio privado Mandao, quien prefiere permanecer en el anonimato, compartió que ha tenido problemas con los clientes porque no sube a los apartamentos para entregar los pedidos. “No puedo porque corre el riesgo de que me roben la moto. Algunos clientes han entendido y han bajado a recoger sus productos, mientras que con otros he tenido discusiones para que comprendan la situación. Yo los entiendo, pero necesito que también ellos me entiendan a mí”.
A pesar de que la situación con los asaltos se ha mantenido, probablemente en menor medida que en el último tramo de 2021, nadie tiene información precisa, ya que tales datos se mantienen en secreto. No se publican en los medios, y las personas deben convertirse en observadores agudos de la realidad e interpretar los rumores sobre los actos de violencia que circulan de boca en boca.
“Quizás si hubiera más información oficial al respecto, la gente estaría más tranquila y no tendría que guiarse por cualquier conversación o rumor que podría ser verdad o mentira”, reflexionó una enfermera del policlínico Rampa, en el Vedado, en su primer día de trabajo tras recuperarse del Covid-19, que le dejó como secuelas hipertensión y diabetes.
Lo que es innegable es que, en su mayoría, los cubanos están acostumbrados a vivir en un ambiente de tranquilidad social, sin grandes acontecimientos delictivos ni violencia. La crisis económica del país puede poner en peligro ese escenario, junto con otros factores como el desencanto o la desilusión política.
No obstante, es evidente que muchos desearían un país con más oportunidades de todo tipo, sin que para ello deba sacrificarse la paz y tranquilidad que, en general, han caracterizado la historia de Cuba.