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Cuba es un país lleno de curiosidades que fascinan a los visitantes, a pesar de su complicada situación económica y social. Más allá de sus idílicas playas y exuberantes paisajes poco urbanizados, la isla esconde múltiples tesoros.
En realidad, el país alberga una fauna singular, a menudo desconocida incluso para sus propios residentes. Solo es necesario indagar un poco o conversar con algún experto para descubrir que la Mayor de las Antillas es el hogar de tres de las especies más pequeñas del planeta.
Comencemos por quizás la más célebre de ellas: el Zunzuncito, también conocido como pájaro mosca o elfo de las abejas, que se distingue como la especie más pequeña de los colibríes y de todas las aves en general, y que solo vive en Cuba.
Su descubrimiento se atribuye al naturalista alemán Juan Cristóbal Gundlach en 1844, aunque el público lo conoció por primera vez en 1850 gracias al libro “Las Aves de Cuba”, escrito por el naturalista gallego Juan Lembeye.
Este pequeño ser, cuyo nombre científico es Mellisuga helenae, recibe el primer término (Mellisuga) por su hábito de succionar miel o néctar, y el segundo (helenae) en honor a Helena Booth, esposa de Carlos Booth, un compañero de estudios de Gundlach en Alemania, quien invitó y hospedó al científico en Cuba para que pudiera estudiar la fauna de la isla.
Su dieta se compone de las flores del bosque, especialmente aquellas que crecen en posiciones horizontales. En el caso de los machos, que son más pequeños que las hembras, destacan por su impresionante plumaje, con cabeza y cuello de un brillante color rojo, espalda y alas de un intenso azul metálico, y pecho y abdomen de un tono blanco grisáceo.
Las hembras, en contraste, presentan una coloración verde azulada con blanco en el pecho y abdomen, además de manchas blancas en la punta de la cola.
Sus dimensiones son sorprendentes: miden entre 5 y 6 cm desde el pico hasta la cola, y su peso ronda los 1,8 gramos. El macho de esta especie es el vertebrado de sangre caliente más pequeño del mundo.
Su nido también ostenta el récord de ser el más pequeño entre los nidos de aves, con apenas 3 cm de diámetro.
Durante el vuelo, agita sus alas casi 80 veces por segundo, lo que le permite mantenerse en el aire en una posición fija durante un tiempo considerable, facilitando así la succión de néctar de las flores sin necesidad de apoyarse en ellas o en ramas.
Entre otras curiosidades, este ave posee el segundo ritmo cardíaco más rápido del reino animal y es la que cuenta con la menor cantidad de plumas. Además, su temperatura corporal puede llegar a ser de 40 °C, la más alta entre las aves, y desciende a 19 °C por la noche para conservar energía.
El segundo de los tesoros naturales de Cuba en el ámbito de las «pequeñeces» es la ranita Monte Iberia, considerada el anfibio y animal de cuatro patas más pequeño de Cuba y América del Norte, y el tercero a nivel mundial.
Aunque parezca increíble, su tamaño es de solo 1 cm, si bien se han reportado ejemplares de hasta 10.5 milímetros.
Este pequeño animal es diurno y su piel dorsal es levemente rugosa, presentando colores vibrantes que advierten sobre su toxicidad, ya que se alimenta de arácnidos de los cuales obtiene las toxinas que excreta por la piel.
Actualmente, la ranita Monte Iberia se encuentra en peligro de extinción, y su población sigue disminuyendo debido a la pérdida de hábitat, la deforestación y las actividades agrícolas.
Finalmente, pero no menos interesante, encontramos al murciélago mariposa, también conocido como murciélago oreja de embudo de Gervais o murciélago orejón de Gervais, que es considerado el murciélago más pequeño del mundo.
Su nombre proviene del naturalista francés Paul Gervais, quien lo describió por primera vez en 1800. Este murciélago es exclusivo de Cuba, aunque anteriormente también habitaba en las Bahamas, donde fue extinguido.
Su peso varía entre 2 y 3 gramos, y reside en cuevas cálidas y húmedas. Su mayor actividad se da al atardecer, justo antes de que el sol se ponga, y su dieta se compone principalmente de insectos y polen.
Es notable por su diminuto tamaño: mide entre 2 y 3 cm, siendo las hembras generalmente más grandes que los machos. Con las alas extendidas, pueden llegar a medir entre 18 y 21 cm.
Entre sus características distintivas, sobresale su hocico ancho y corto, sin hojuela nasal, sus extremidades inferiores relativamente grandes, su larga cola de entre 2,5 y 3 cm, y un cráneo alargado, pequeño y delicado. Otra curiosidad de este diminuto mamífero es que tiene 38 dientes.