Cuba y su capacidad en la relevante búsqueda de vacunas eficaces contra la Covid-19.

Lo más Visto

Texto: Karla Castillo

Actualmente, se libra una intensa competencia entre científicos e instituciones de diferentes países en la búsqueda de una vacuna definitiva contra el Covid-19, lo que tiene a la comunidad científica en total movilización.

Ante la gran cantidad de propuestas que están surgiendo a nivel mundial y que se encuentran en diversos ensayos clínicos, ¿qué hace que esta isla caribeña sea una contendiente prometedora en la carrera por desarrollar una vacuna?

Cuba ha presentado ya cuatro candidatos vacunales. Soberana 1 fue el primer candidato en Latinoamérica, mientras que Mambisa se destaca por ser la primera en fase clínica que administra la vacuna a través de la vía nasal.

Cuba, al igual que India y Brasil, es una de las naciones en vías de desarrollo que más avances ha logrado en el ámbito de los medicamentos. La industria biotecnológica cubana goza de reconocimiento mundial por sus vacunas, tanto para humanos como para animales, así como por sus fármacos, bioproductos y anticuerpos monoclonales.

Cuando se menciona la vacunación en el país, es imprescindible hablar del Programa Nacional de Inmunización, creado en 1962. Este programa se adelantó 41 años a la estrategia “The Reaching every district strategy” de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lanzada en 2002.

Actualmente, gracias a este programa, se administran un promedio de 4 millones 800 mil dosis de vacunas simples o combinadas que protegen contra 13 enfermedades, incluida una pentavalente cuyos cinco componentes se producen en la isla, según informan medios nacionales.

A continuación, algunos de los logros cubanos ya reconocidos en este campo:

La campaña de vacunación antipoliomielítica oral en 1962 fue la primera experiencia en la región de las Américas que involucró la participación comunitaria e intersectorial. En tan solo cuatro meses, Cuba se convirtió en el primer país en eliminar la enfermedad.

La vacunación universal de los menores de un año contra la hepatitis B se introdujo dos años antes de lo que la OMS recomendaba para países con baja prevalencia de infección en la región, utilizando una vacuna cubana de subunidades derivada de la tecnología del ADN recombinante, conocida como Heberbiovac HB.

Con la implementación de la vacunación universal antihepatitis B 24 horas después del nacimiento, se logró cumplir con 19 años de anticipación un objetivo establecido por la OMS, utilizando una vacuna nacional.

Desde 2004, con excepción de la triple viral, la polio (oral y parenteral) y la BCG, que se importan, todas las vacunas se producen en Cuba. De hecho, el país elabora casi el 80% de las vacunas utilizadas en el Programa Nacional de Inmunización.

Para expandir este programa, se introdujo la vacuna contra la meningitis causada por Haemophilus influenzae tipo b (Hib), lo que permitió una notable disminución en la incidencia de casos. En 2003, se registró y comercializó la vacuna cubana Quimi-Hib, la primera de este tipo en el mundo, obtenida a través de síntesis química.

Más adelante, en 2008, comenzó el proceso de registro sanitario para CIMAvax EGF, una vacuna terapéutica contra el cáncer, completamente desarrollada en Cuba y autorizada para su uso en pacientes adultos con cáncer de pulmón de células no pequeñas en etapas avanzadas.

Se han eliminado seis enfermedades y dos formas clínicas graves, mientras que otras patologías han dejado de ser un problema de salud gracias a las bajas tasas de morbilidad y mortalidad alcanzadas tras su reducción.

Por lo tanto, con tantos logros reconocidos a nivel internacional y la experiencia acumulada en el desarrollo de vacunas, se podría afirmar que la ciencia cubana tiene una cierta ventaja en la carrera por encontrar un candidato vacunal que logre vencer al Covid-19.

Más Noticias

Últimas Noticias