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Texto: Hugo León
Como en una película clásica del oeste, donde el forajido da un gran golpe y se escapa para narrar su hazaña, un inmigrante cubano ha logrado robar una cuantiosa suma de dinero en Estados Unidos y, con esos fondos, viajó a Cuba en un intento de escapar.
El prófugo ha sido identificado como Joel Regino Díaz Martín, y según las autoridades federales de Estados Unidos, logró defraudar al Medicaid en Miami haciéndose pasar por el propietario de una clínica de salud mental, que supuestamente recaudaba millones de dólares del programa de seguro médico estatal para personas de bajos ingresos.
Un informe del diario Miami Herald indica que el monto total asciende a cuatro millones de dólares. Joel había declarado en registros corporativos ser el propietario de la clínica New Behavior Health Direction, ubicada en Hialeah Gardens, Florida, cuando en realidad el verdadero dueño era otra persona.
La mayor parte de los beneficios ilícitos de la clínica se obtenían mediante facturas falsas dirigidas a Medicaid, que eran redirigidas al verdadero propietario, quien pagaba a Joel para que actuara como el supuesto dueño.
Después de transferir millones de dólares a su jefe, Joel tomó la decisión de huir a Cuba, quedándose él mismo con una parte del dinero, según informa el Miami Herald.
El mismo medio señala que muchos otros inmigrantes cubanos en el sur de Florida también han estado involucrados en esquemas de facturación médica que suman millones, aprovechando los beneficios de Medicaid y Medicare en Estados Unidos. Se estima que bastantes de ellos han regresado a Cuba para vivir con lujo gracias al dinero robado, o han buscado asilo en otros países.
Entre abril de 2019 y septiembre de 2020, New Behavior Health Direction presentó reclamaciones fraudulentas a Medicaid por un valor superior a tres millones 860 mil dólares. Precisamente en otoño de 2020, Díaz huyó a Cuba.
Por otro lado, otro cubanoamericano, identificado como José Dávila Núñez, quien era el verdadero propietario de la clínica, fue declarado culpable por los tribunales de Florida y no solo deberá restituir el dinero defraudado, sino que ha recibido una condena de cinco años de prisión, seguida de tres años de libertad supervisada.
Mientras tanto, sobre Joel Regino Díaz Martín pesa una orden de captura, pero todas las búsquedas han sido infructuosas y se cree que está viviendo en la isla.