Cubanos Juan Padrón y Raúl Pérez Ureta participan en tributos de Los Premios Goya.

Lo más Visto

Los Premios Goya tienen una notable memoria. Este evento se posiciona como el más importante para destacar la cinematografía española e iberoamericana, y en esta edición ha demostrado que sigue fiel a sus principios fundacionales.

La nueva edición de los Goya se desarrolló bastante acorde a lo esperado. El buen patrón de Fernando León de Aranoa, con Javier Bardem como protagonista, fue el gran triunfador de la noche. Bardem, una figura sobresaliente del cine español, recibió el premio al mejor actor, un galardón que compartió con la actriz Blanca Portillo por su papel en la película Maixabel.

No nos concentraremos únicamente en los premios, las alfombras rojas ni en los ganadores principales, sino en un hecho significativo para la cultura cubana y el cine en particular. Durante la ceremonia, los Goya rindieron homenaje a la impronta del cineasta Juan Padrón y del director de fotografía Raúl Pérez Ureta en su sección ‘In memoriam’, junto a otras destacadas figuras del cine en español.

Juan Padrón, quien falleció el 24 de marzo de 2020 a los 73 años, es un ícono de la animación en Cuba, representando no solo a los dibujos animados, sino al cine en general. Los medios siempre destacan su creación del personaje animado Elpidio Valdés, ese indomable mambí que ha acompañado a generaciones de cubanos con sus aventuras llenas de humor y picardía en la lucha contra las tropas españolas.

Juan fue además el director y el creador de numerosos personajes animados que permanecen en la memoria colectiva de los cubanos de hoy y seguramente de los que vendrán. Un ejemplo clásico es la película Vampiros en La Habana, cuyas frases todavía alimentan la idiosincrasia de los cubanos y forman parte de la identidad cultural del país. ¿Quién no recuerda esas frases desbordantes de humor sobre el vampisol y Pepe el trompetista?

Estas son solo dos muestras rápidas sobre la perdurabilidad de la obra de Padrón, quien también dirigió los célebres filminutos que entretenían a miles de niños cubanos y que, misteriosamente, desaparecieron de la televisión, al igual que otros animados que nunca perdieron su magia, atrapando la atención del espectador a pesar del paso del tiempo.

De los Quinoscopios se habla poco cuando se menciona a Juan Padrón. Este proyecto lo desarrolló junto al argentino Joaquín Salvador Lavado Tejón (Quino), el creador de Mafalda, otro personaje muy querido y simbólico en la cultura latina.

Juan fue, ante todo, un realizador adelantado a su época. Nunca perdió su fuerza creativa ni su fértil imaginación para dar vida a diversos proyectos hasta su fallecimiento. En resumen, fue un cineasta todoterreno que se dedicó completamente a la creación y tuvo la fortuna de recibir en vida el cariño y agradecimiento de miles de cubanos.

Su hija, Xilvia Padrón, expresó su agradecimiento por el tributo en su perfil de Facebook: “Un bombón mi papá. Si se hubiera visto me habría dicho: ¡Chica, que lindo yo estaba! Y habríamos reído. Gracias a quienes se han acordado de él y lo han homenajeado.” Su mensaje iba acompañado de una foto de su padre en su juventud y de un post desde el perfil oficial del cineasta cubano agradeciendo a los Goya.

Raúl Pérez Ureta, quien falleció en 2021 a los 79 años, es uno de los más grandes directores de fotografía de la historia del cine cubano. Su obra habla por sí misma. Estudió periodismo y al ingresar al Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficas trabajó como asistente de cámara de animación en el Departamento de Dibujos Animados, así como asistente de cámara y grabador de sonido en el Noticiero ICAIC Latinoamericano, contribuyendo en más de 800 ediciones. Como director de fotografía, trabajó bajo la dirección de importantes figuras del cine latinoamericano como Fernando Birri y Ruy Guerra.

Ureta, por su creatividad y originalidad en el arte de la dirección de fotografía, se convirtió en un pionero. Fue un hombre que nunca dejó de mostrar, a través de su lente, la fuerza de su creatividad y la huella del cine nacional. En Cuba, colaboró con varios de los directores más destacados. Es imperativo mencionar su obra como director de fotografía en películas como Madagascar, Insumisas, Suite Habana y Martí, el ojo del canario, todas de Fernando Pérez, así como Amor vertical (Arturo Sotto) y Perfecto amor equivocado y Los buenos demonios, ambas de Gerardo Chijona.

El homenaje de los Goya a Juan Padrón y Raúl Pérez Ureta no solo es un acto de justicia, sino también un reconocimiento a la valía del cine cubano y a la necesidad de renovación de la cinematografía nacional, tal como lo hicieron hace décadas gracias, entre otros, al impulso de Juan Padrón y Raúl Pérez Ureta, dos de sus más emblemáticos creadores.

Más Noticias

Últimas Noticias