Texto: Darcy Borrero
El número de turistas que llegaron a Cuba disminuyó en un 95,5% durante los meses de enero y febrero en comparación con el mismo período de 2020, justo antes de que se implementaran las medidas para mitigar la propagación del “nuevo coronavirus” en la isla.
Aunque esta tendencia ya era perceptible a partir de la situación actual, este lunes el académico y profesor universitario José Luis Perelló proporcionó cifras concretas.
En una entrevista con la agencia china de noticias Xinhua, señaló que “durante los dos primeros meses de 2021, aproximadamente llegaron a la isla unos 35,600 viajeros internacionales, lo que representa el 4.5% de los 792,507 visitantes extranjeros contabilizados al cierre de febrero de 2020”.
Además, el experto mencionó que la recuperación del turismo en Cuba no solo dependerá del control de la pandemia a nivel local, sino también del éxito en los procesos de vacunación en países como Canadá, España, Alemania, Inglaterra y Francia, que son los principales mercados emisores de turistas hacia la isla.
Antes de que el “nuevo” coronavirus, identificado en Wuhan, llegara a Cuba en marzo de 2020, el Ministerio del Turismo de la isla tenía un objetivo claro: atraer a 4.5 millones de visitantes internacionales y recuperarse del descenso registrado en 2019, año que concluyó con 4.27 millones de turistas. La situación dio un giro drástico para esos millones de viajeros que quedaron con maletas listas o por hacer, y sobre todo, con muchos planes cancelados debido al mandamiento global de permanecer en casa.
La isla caribeña fue solo uno de los destinos afectados por las circunstancias de confinamiento generalizado, pero para un pequeño país insular que depende en gran medida de ofrecer sus encantos tropicales, la caída del turismo supone un duro golpe económico.
Esto explica los intentos desesperados del gobierno por mantener la llegada de turistas internacionales incluso después de varios días de identificar el virus en la isla, seguidos de la apresurada apertura de aeropuertos y hoteles, especialmente en los complejos turísticos de la cayería norte.
La pandemia ya había sido declarada cuando una de las agencias del Mintur, el ministerio responsable de esta industria, continuaba invitando a los clientes a disfrutar del trópico. Para ello, se hizo uso de información que más tarde fue desacreditada científicamente, alegando que las altas temperaturas del archipiélago prevenían la propagación del virus.
‘Cuba, un destino seguro’, anunciaron operadores turísticos como Havanatur y Cubatur, que apelaban a la no comprobada relación entre las altas temperaturas (ambientales) y la propagación del virus, ofreciendo “paquetes de sol y playa”.
La estrategia de las autoridades cubanas a inicios de 2020, cuando el coronavirus parecía un problema distante, era promover el crecimiento del turismo ruso y la recuperación de otros mercados tradicionales en Europa.
El 12 de febrero de 2020, el actual ministro cubano de Turismo, Juan Carlos García, presentó en una comparecencia para la televisión estatal, las proyecciones para la industria del turismo cubano. Considerada una de las locomotoras de esta debilitada economía, junto con la exportación de servicios médicos, sufrió una caída del 9.25% en 2019.
En ese momento, el turismo desde Rusia ocupaba el segundo lugar detrás de Canadá, el principal emisor de visitantes a la isla caribeña. “El mercado ruso pasó del décimo al cuarto lugar a finales de 2019, con un crecimiento del 30% al enviar a Cuba un número récord de 178,000 viajeros, y este año la Feria del Turismo de Cuba tendría como invitado de honor a la nación euroasiática”, publicó en su momento la web Hosteltur.
El 15 de octubre de 2020, Varadero reabrió sus puertas al mercado internacional. Esta reapertura, bajo estrictas medidas sanitarias, fue calificada por los medios estatales como “un paso importante para la recuperación de la industria turística cubana” y se establecieron proyecciones para este 2021.
Mientras tanto, el Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) prevé un repunte del turismo internacional en 2021, especialmente en el tercer trimestre, que corresponde a los meses de verano. Sin embargo, las opiniones están divididas: un 20% de los expertos sugieren que dicho repunte no ocurrirá antes de 2022.
Según un comunicado de prensa de la organización, el turismo internacional cayó un 70% mientras las restricciones de viaje afectaban a todas las regiones, siendo estas limitaciones consideradas la principal barrera para la recuperación del turismo internacional, junto con la lenta contención del virus y la falta de confianza de los consumidores.
Esta caída del 70% en las llegadas internacionales durante los primeros ocho meses de 2020 alcanzó sus cifras más bajas en las semanas de verano (y temporada alta), que suelen tener el mayor movimiento del año. El Barómetro OMT del Turismo Mundial indica que las llegadas internacionales se redujeron en un 81% en julio y un 79% en agosto.
No existe una respuesta global coordinada para establecer protocolos armonizados frente a la crisis de movilidad generada por la mayor emergencia sanitaria de este siglo, mientras los expertos señalan que la recesión económica sigue siendo un importante obstáculo para la recuperación.
El secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, enfatizó la necesidad urgente de “reanudar con seguridad la actividad turística, en el momento adecuado y de manera coordinada”.
¿Cómo se sitúa Cuba en esta necesidad? Por ahora, la estrategia nacional parece dirigirse en varias líneas; a diferencia de otros destinos que se han apresurado a abrir y hasta proponen estancias de turismo prolongadas y hoteles con servicios de mayordomía, hay en el país zonas que se reservan para el último mes del año. El balneario Santa Lucía, en el norte de la provincia de Camagüey, es un ejemplo de ello. “La aerolínea Nordwind reanudará vuelos directos entre el país euroasiático y esta ciudad a través del Aeropuerto Internacional Ignacio Agramonte cada diez días, con capacidad para más de 400 pasajeros”, declaró a la prensa la delegada del Ministerio del Turismo en la región.
Su estrategia, su carta maestra, es el ansiado as de oro, ya que a partir del primero de diciembre comenzará su “temporada alta”, con la llegada del primer grupo de turistas a través del turoperador ruso Pegas Touristik. La recuperación a nivel nacional sigue siendo una misión complicada.
El académico y profesor universitario José Luis Perelló reiteró este lunes la importancia de recuperar el sector aeronáutico y los ingresos de los viajeros como una vía fundamental para regresar a la normalidad en el turismo internacional.
“Las personas podrían estar inmunizadas y, sin embargo, no tener ingresos para viajar”, advirtió.
Un poco más de un millón de viajeros internacionales llegaron a Cuba el año pasado, cifra que se considera muy inferior a los 4.5 millones proyectados antes de la aparición del SARS-CoV-2.
Desde entonces, un récord de 4.7 millones de visitantes, alcanzado a finales de 2017, se mantiene. Aunque ahora la industria del turismo está afectada por la crisis sanitaria, representaba más del 10% del producto interno bruto cubano, según fuentes oficiales.