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Texto: Raúl del Pino
Tras superar un 2023 tumultuoso, en el que se llevaron a cabo los Juegos Centroamericanos y Panamericanos con solo meses de diferencia, el deporte cubano dirige su mirada hacia los Juegos de la XXXIII Olimpiada, que se celebrarán en París del 26 de julio al 11 de agosto. Los resultados de estos recientes eventos multideportivos, junto a los de la última cita olímpica en Tokio, hace dos años y medio, permiten esbozar el papel que podría desempeñar Cuba en la capital francesa.
Han quedado atrás los tiempos en que la pequeña isla caribeña asistía a la meca del deporte mundial con grandes delegaciones. La realidad actual del país es distinta y soñar con repetir aquellas hazañas no tiene sentido. Al menos las autoridades deportivas son conscientes de esto, y por ello, desde finales del año pasado, han anunciado una estrategia orientada a igualar o acercarse a la cosecha del verano de 2021.
“No podemos trabajar de forma general, abordando todos los deportes, sino enfocarnos en las individualidades que tienen potencial para mantenernos entre los 20 primeros países en París 2024. No hay otra manera de distribuir el presupuesto y concebir la ruta crítica”, advirtió hace unas semanas José Antonio Miranda, director de alto rendimiento del Inder.
En otras palabras, Cuba renuncia a la masividad y concentra sus recursos en aquellos atletas o disciplinas que realmente tienen posibilidades de lograr un rendimiento que permita a la delegación ocupar los puestos altos que históricamente ha alcanzado. “Contamos con unos 15 atletas que deben recibir toda la prioridad y atención; un trabajo multisectorial en el poco tiempo que nos queda para el entrenamiento y la preparación”, agregó el directivo.
Hasta finales de 2023, la isla cuenta con una veintena de clasificados en ocho deportes. El atletismo lidera la lista con seis representantes, seguido por disciplinas como luchas (4), boxeo (3), canotaje (2), tenis de mesa (2), tiro (1), pentatlón moderno (1) y ciclismo (1). El Inder aspira a llegar a París con un grupo similar en cantidad de integrantes al de los pasados Juegos. Esta comitiva fue la más reducida desde 1964, con solo 69 atletas, pero consiguió siete medallas de oro y alcanzó un meritorio 14.º puesto en el medallero general al finalizar la competencia.
No obstante, la mayor parte de ese admirable botín, en especial las medallas de oro, fue logrado por deportistas que luego abandonaron el país o que llegarán a la nueva cita con el estatus de veteranos. Entre los casos más destacados está el de la canoa biplaza (C-2) a 1000 metros, cuyos dos campeones olímpicos en Tokio no estarán el próximo verano. Fernando Dayán Jorge fue uno de los campeones que dejó Cuba durante este ciclo, y su compañero Serguey Torres anunció su retiro el pasado verano tras 21 años como atleta activo.
También es relevante el caso del boxeador Andy Cruz, uno de los títulos más seguros de la delegación cubana en Tokio, que a finales de 2022 optó por emigrar a Estados Unidos para probar suerte en el ámbito profesional. Lo mismo hizo el luchador greco-romano Ismael Borrero, oro en Río 2016, quien aún tenía potencial para conquistar un segundo lauro en Francia. Igualmente, no se podrá contar con las discóbolas Yaime Pérez y Denia Caballero, y el estatus del saltador Juan Miguel Echevarría es incierto. Todos ellos también subieron al podio en eventos recientes bajo los cinco aros.
Por otro lado, algunos campeones de Tokio como Mijaín López, Julio César La Cruz o Arlen López aparecerán más como leyendas que como favoritos, y aunque tienen la capacidad de volver a brindar alegrías, nadie se atrevería a considerarlos como asegurados. Esto también ocurre con otras figuras destacadas como la judoca Idalys Ortiz o el tirador Leurys Pupo, ambos medallistas de plata en la urbe tokiota.
Sin embargo, una nueva generación de atletas ha surgido, y actualmente se les llama a tomar el liderazgo rumbo a París. El luchador Luis Orta fue recientemente seleccionado como el mejor grequista del mundo y tiene altas expectativas de sumar su segundo oro olímpico. Entre las mujeres, destaca la piragüista Yarisleidis Cirilo, reciente campeona del mundo en el C-1 a 200 metros, y candidata a medallas en esa modalidad. No es casualidad que ambos hayan sido reconocidos como los mejores atletas elegidos por el Inder en 2023.
A pesar de que solo nos separan siete meses de los Juegos de París, el camino se intensificará a partir de ahora con varios eventos clasificatorios que, poco a poco, permitirán clarificar de mejor manera las aspiraciones reales de la delegación cubana. Sin embargo, el trabajo de los expertos, por muy necesario que sea para trazar la ruta crítica, muchas veces no coincide con lo que realmente ocurre en la competencia. Y aquí es donde los cubanos tienen la maestría de sobrepasar las expectativas. Esperemos que en este sentido, París sea un capítulo más exitoso que Tokio.