Un grupo de investigadores ha descubierto más de 130 puertas secretas en el interior de la Gran Muralla de China, lo que podría contribuir a completar el entendimiento del mecanismo arquitectónico detrás de esta impresionante obra de ingeniería que ha marcado la historia.
Según informa la agencia Xinhua, estas estructuras fueron diseñadas para integrarse con la topografía de la región, y este hallazgo representa la primera evidencia tangible de su existencia, ya que anteriormente solo existían menciones en antiguos textos.
El líder de la expedición, Zhang Yukun, recordó que documentos oficiales de la dinastía Ming (1368-1644) mencionan el movimiento de tribus nómadas y su ganado a través de pasadizos ocultos en la Gran Muralla.
Este descubrimiento, señaló el experto, demuestra que la muralla contaba con accesos estratégicos y se cree que muchas de estas puertas eran utilizadas para facilitar la comunicación y llevar a cabo transacciones comerciales.
Yukun añadió que algunas de estas puertas están camufladas detrás de numerosos bloques, lo que impedía el ingreso de enemigos, pero permitía a los soldados chinos observarlos y lanzar ataques sorpresivos desde el interior.
La Gran Muralla China es una antigua fortificación que comenzó a ser construida en el siglo V a.n.e. con el propósito de salvaguardar la frontera norte del imperio chino de las invasiones de tribus nómadas, especialmente provenientes de Mongolia.
Con más de 20 mil kilómetros de longitud, se extiende desde la frontera con la República Popular Democrática de Corea hasta el desierto de Gobi, en Mongolia; atravesando desiertos, acantilados, ríos y montañas que superan los dos mil metros de altitud.
Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987 y, 20 años después, fue elegida como una de las siete maravillas del mundo moderno. Sin embargo, en la actualidad solo queda en pie aproximadamente un tercio de lo que fue alguna vez la Gran Muralla.