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Su objetivo es exportar productos y no virus; la estrategia propuesta, enviar a los ciudadanos estadounidenses contagiados en el extranjero a realizar cuarentena en Guantánamo. Donald Trump vuelve a ser noticia.
En febrero de 2020, justo antes de que el país y el mundo se enfrentaran a la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus y su rápida propagación, el expresidente de Estados Unidos propuso esta idea insólita a su equipo.
Según un informe de The Washington Post, esta era la forma en que el entonces presidente pensaba prevenir la llegada del virus al país. Afortunadamente, sus consejeros lograron disuadirlo de esta propuesta, preocupados por las implicaciones de aislar a ciudadanos en la misma isla donde Estados Unidos mantiene a sospechosos de terrorismo. Además, el COVID-19 ya se estaba propagando en la nación.
Ahora, gracias a un libro escrito por Yasmeen Abutaleb y Damian Paletta, dos periodistas de The Washington Post, se ha revelado este plan. Los autores basaron su trabajo en alrededor de 180 entrevistas con funcionarios de la administración anterior y de la actual, para documentar cómo se manejó la pandemia durante el mandato previo.
«Importamos bienes. No vamos a importar un virus», afirmó Trump a su equipo, según el libro. «¿Acaso no somos dueños de una isla?», preguntó. «¿Qué pasa con Guantánamo?», insistió.
Con la labor de ambos periodistas, los lectores podrán aproximarse a aquellos tratamientos milagrosos sin fundamento científico que Trump apoyó, sus esfuerzos por sobrevivir al virus y sus reflexiones sobre cómo creía que la pandemia influiría en las elecciones de 2020.
También incluyen varias anécdotas, como la insistencia del expresidente en despedir a Robert Kadlec, quien era el jefe de preparación para emergencias del Departamento de Salud, por permitir que 14 estadounidenses infectados en el crucero Diamond Princess regresaran al país.
Otro aspecto analizado es la relación entre Trump y Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del país. Fauci recibió críticas desde la Casa Blanca, pero su prestigio crecía entre la población. Al final, el tiempo colocó a cada uno en su lugar correspondiente.
