Foto: Flickr
Texto: Hugo León
A diferencia de las campañas electorales en otras naciones donde múltiples candidatos ofrecen diversas promesas para conquistar el voto, en Cuba el gobierno realiza promesas de manera constante. Sin embargo, estas promesas generalmente carecen de indicadores medibles y se presentan más como un llamado a la esperanza y la confianza en que llegarán tiempos más prósperos.
El motivo detrás de estos discursos de las altas autoridades de la isla radica en la grave crisis que se ha extendido por varios años. Dado que la situación no muestra signos de mejora, las promesas permanecen inalteradas, lo cual es reflejado en los titulares de medios de comunicación tanto estatales como independientes.
Recientemente, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel afirmó a la nación que “Cuba saldrá adelante”. Con evidente optimismo, el mandatario aseguró que el progreso del país dependerá del talento y la participación de su población. Esto ocurre a pesar de que la crisis afecta no solo los ámbitos económicos y sociales, sino también ha generado un sentimiento de apatía y desinterés entre los ciudadanos.
Díaz-Canel manifestó su firme creencia de que, a pesar de los prolongados cortes de electricidad, los altos costos de vida, la escasez de productos y las dificultades cotidianas, el pueblo será capaz de superar los obstáculos.
En las redes sociales, el líder del Partido Comunista compartió que había tenido conversaciones con productores de azúcar, así como encuentros con los residentes de un barrio y en un parque local. “Reiteramos que con el talento y la participación de todos saldremos adelante, a pesar del bloqueo”, enfatizó.
Paralelamente, los otros titulares de prensa que acompañan las ediciones impresas junto a las consignas del gobierno hacen evidente la severidad de la situación. Las noticias más recientes incluyen programaciones de apagones, racionamiento de combustible, aplazamiento de los días de distribución de agua y esfuerzos contra los vectores y la basura en prácticamente todas las provincias.
