Dos filmes cubanos en Rotterdam: relatos de resistencia.

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Texto: Jorge Suñol

Foto: Lisette Nijhuis | Shutterstock

Faltando poco más de 20 días para la 53ª edición del Festival Internacional de Cine de Rotterdam, uno de los eventos cinematográficos más prestigiosos del mundo, que se celebrará del 25 de enero al 4 de febrero, se ha confirmado que dos películas cubanas harán su debut mundial en este circuito. Las obras son Azul Pandora, de Alán González, y La historia se escribe de noche, de Alejandro Alonso.

La noticia de la selección de ambos filmes ha acaparado varios titulares. Es, sin duda, un motivo de gran orgullo y satisfacción para los equipos de producción de estas propuestas.

“Un gran apagón ha sumergido a Cuba en la oscuridad. En las calles, los habitantes intentan escapar de la penumbra mientras el fuego de las hogueras parece anunciar el fin de una era. Mientras me refugio en el interior de la casa, mi madre me narra una visión que le atormenta desde hace años”, dice la sinopsis del documental de Alonso, que compite en la categoría Tiger Short Competition dentro del mencionado Festival.

Básicamente, La historia se escribe de noche sumerge a los espectadores en la “verdadera oscuridad” de los apagones en Cuba. De hecho, voces respetadas en este festival de los Países Bajos describen el documental como una “clase magistral sobre el estado de ánimo”, dado su enfoque en las historias que emergen en la penumbra, a través del efímero parpadeo del fuego que las ilumina.

No es la primera vez que Alejandro Alonso participa en el evento; en 2021 presentó el documental Terranova, que codirigió junto a Alejandro Pérez y obtuvo el Ammodo Tiger Award. Por su parte, La historia se escribe de noche cuenta con el Premio PM del Instituto Internacional de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR).

“Azul Pandora generará placer a unos y a otros desafiará”

Alán González, un cineasta que aún celebra el éxito de su largometraje La mujer salvaje en la reciente edición del Festival de Cine de La Habana, ha recibido varias buenas noticias. Su cortometraje Azul Pandora ha sido seleccionado para Rotterdam en la categoría de Short & Mid-length. No obstante, la realización de este proyecto fue un proceso lleno de esfuerzo y perseverancia. El equipo tuvo que buscar diversas fuentes de financiamiento para llevar a cabo el proyecto. Tanto las fases de producción como de filmación se tuvieron que ajustar, pero finalmente, gracias al apoyo de fondos y productoras independientes, lograron su meta.

“Nosotros fuimos uno de los ganadores del primer concurso para historias sobre personas LGBTIQ+ convocado por el ICAIC, y recibimos el respaldo del Fondo Noruego para el Cine Cubano en la postproducción, WajirosFilms y Cocuyo_medialab, entre otros. Pero, como suele suceder en Cuba, dependimos de numerosos favores, sacrificios y concesiones tanto de nuestro equipo como de otras personas que deseaban hacer realidad el corto”, relata Alán.

En este sentido, la productora del cortometraje, Yamila Marrero, aclara: “En un principio, la convocatoria (2021) afirmaba que el ICAIC financiaría la totalidad de la producción, pero en 2022 comenzaron a darse reducciones significativas en su presupuesto anual y, lamentablemente, el monto que en ese momento nos ofrecieron no era suficiente”.

“Es un corto que parece sencillo, con pocas locaciones y personajes, pero precisamente en esas sutilezas, o al generar las atmósferas donde se aprecian esas sutilezas, es donde está el impacto del corto. Además, hay una complejidad añadida debido a que en la mayoría de las escenas participa un bebé”, añade.

¿Por qué hacer una película como esta?

Escribe su director: “Hay una invitación implícita a contar historias sobre lo que comúnmente se denomina minorías y ser parte de ese debate histórico. Sin embargo, a menudo nuestro enfoque responde a una mirada distante, oportunista, hegemónica o conservadora. Considero que lo más esencial que podíamos y queríamos transmitir acerca de Pandora es que también somos lo mismo y compartimos el mismo sufrimiento”.

La productora añade: “Siendo una convocatoria sobre la temática LGBTIQ+ y considerando la naturaleza de la historia, tanto Alán, la guionista Nuri Duarte y yo, siempre estuvimos muy alineados en que queríamos que el personaje de Pandora fuera interpretado por una mujer trans. No queríamos que fuera actuada por una actriz o un actor profesional. Eso nos llevó a trabajar con una actriz trans no entrenada, lo que representó un gran desafío, ya que no tenía formación en este ámbito”.

“Finalmente, elegimos a Lady Chiv, quien fue una de las primeras opciones de Alán y que ya había tenido un pequeño papel en su película La mujer salvaje”, puntualiza Yamila.

González enfatiza: “Nos atraía mucho la fuerza de su imagen y el contraste que podía crear con la profundidad de las emociones del personaje de Pandora”.

En Azul Pandora, nos adentramos en un momento en que Pandora deja morir un amor y recibe otra oportunidad. La película cuenta con las actuaciones de Lady Chiv y Mateo Menéndez, así como de Eduardo Martínez y Yaite Ruiz.

“Buscamos visibilizar y mostrar identidades trans y de la comunidad LGBTIQ+ en nuestras pantallas y, en particular, en nuestra cinematografía, dado que no son personajes que suelen verse representados y, además, raramente son protagonistas. Hay algunos ejemplos, como Vestido de Novia, Fátima o El Parque de la Fraternidad, así como en el ámbito documental, con el trabajo de Marilyn Solaya y Lizette Vila, que han realizado un gran trabajo, pero las estadísticas indican que estos personajes no son los más favorecidos”, comenta la productora.

“Muchas veces, cuando se reflejan, es de un modo maniqueo o caricaturesco. La idea detrás de este corto y el personaje de Pandora es que ella tiene derecho a amar, a ser amada y que, como cualquier persona, enfrenta el dilema de un triángulo amoroso, eligiendo entre dos hombres que la desean o que ella desea. En esencia, se trata de una historia de amor”.

¿Hacia qué caminos pretende dirigirse Azul Pandora?

Alán tiene claro: “Azul Pandora generará placer a unos y a otros desafiará. Ambos son el público que Busco porque, a veces, necesitamos ser complacidos y otras veces, necesitamos que nos desafíen. A veces es necesario retarnos con frecuencia para comenzar a cambiar”.

El cortometraje ya ha realizado una primera presentación, al formar parte del stand cubano en el mercado de Clermont-Ferrand, que es el festival de cine más grande del mundo dedicado a los cortometrajes, y que, en términos de audiencia y presencia profesional, es el segundo en Francia después de Cannes.

Yamila agradece el apoyo del Fondo de Solidaridad para Proyectos Innovadores (FSPI) de la embajada de Francia en La Habana y la colaboración de Boris Prieto con su proyecto Iroko, así como a Yumei Besú, del Festival de Cine de La Habana.

“En ese momento, cuando se presentó el corte en Clermont, no se había finalizado el montaje, aunque teníamos un corte bastante avanzado, pero no habíamos completado todos los demás procesos de postproducción, imagen y sonido. Una vez finalizados y completados estos procesos, aplicamos a Rotterdam y fue una gran alegría haber sido seleccionados para esta sección”.

“Es uno de los festivales más importantes del mundo, que favorece un tipo de estética de películas y de autores, y puede ser muy beneficioso tanto para la vida del corto a partir de este momento como también para la carrera de Alán como cineasta, y, por supuesto, también es algo muy positivo para mi carrera como productora”, señala Marrero.

El equipo, cuenta su productora, está gestionando todas las posibilidades para poder asistir al cortometraje en persona. “Es muy importante, ya que es una ventana para visibilizar la película, que siempre tiene una promoción mucho más efectiva cuando directores y productores pueden estar presentes. Cuando estás en Cuba, a menudo, inviertes parte de tus honorarios o incluso la totalidad en hacer un proyecto. Resulta muy complicado afrontar todos los gastos y el proceso de asistir para presentarla, especialmente si es en Europa”, concluye.

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