Antonio Maceo y Grajales, así como Flor Crombet, fueron dos de los caudillos más célebres y respetados de las guerras de independencia que Cuba emprendió en el siglo XIX en contra del colonialismo español. Este mes marca un nuevo aniversario del arribo de ambos líderes a Cuba para la Guerra Necesaria (1895-1898) durante el Desembarco de Duaba. Sin embargo, la enemistad que existió entre estos dos grandes hombres, que incluso los llevó a citarse para un duelo a muerte, es una historia menos conocida.
Los historiadores indican que la disputa tuvo su origen en 1886, cuando el Titán de Bronce decidió abandonar el denominado “Plan Gómez-Maceo”, que proponía regresar a Cuba para reiniciar la lucha, ya que consideraba que no había condiciones propicias para un nuevo levantamiento independentista.
Flor Crombet, quien había compartido con Maceo en la Protesta de Baraguá, criticó severamente al Titán e hizo declaraciones ante los cubanos en el exilio que fueron interpretadas como ofensivas por Maceo. La reacción de este último fue contundente: envió a sus padrinos a Crombet para establecer las condiciones de un duelo, con la única exigencia de que el combate se llevara a cabo a muerte.
Según su opinión, solo así podría preservar su dignidad y honor ante las provocaciones sufridas.
Los padrinos de ambos generales acordaron que el duelo se llevara a cabo lo antes posible; sin embargo, poco antes de que se realizara, decidieron aplazarlo hasta que Maceo y Crombet pudieran cumplir con sus respectivas obligaciones hacia Cuba. Estos titanes debían primero empuñar sus armas para derrotar a España y liberar a la isla.
El enfrentamiento iba a ser a pistola, a 25 pasos y disparando a la orden. Pero los padrinos decidieron que el combate se pospusiera hasta que ambos militares completaran su misión en la lucha por la independencia de Cuba, según relata el periodista cubano Ciro Bianchi.
El transcurso de los años no logró disolver las diferencias entre ambos líderes; más bien, puso a prueba nuevamente a Maceo.
Oscar Loyola Vega y Francisca López Civeira describieron cómo José Martí, Delegado del Partido Revolucionario Cubano e ideólogo de la guerra que se avecinaba, decidió nombrar a Flor como jefe de la expedición que partiría de Costa Rica con destino a Oriente de la Mayor de las Antillas, en lugar de a Maceo. Esto se debió a que el plan de Crombet requería una cantidad de dinero mucho menor a la solicitada por Maceo para organizar el viaje.
El Titán de Bronce, de mayor jerarquía militar, tuvo que ponerse a las órdenes de Flor Crombet durante la travesía, algo que, según los especialistas, también provocó una confrontación entre Maceo y Martí.
Tras el desembarco en Duaba, los expedicionarios fueron rápidamente detectados y las tropas españolas iniciaron una feroz persecución. El pequeño grupo, dividido en varias secciones, se enfrentó a numerosas tropas, y en una de estas confrontaciones, Flor Crombet perdió la vida el 10 de abril de 1895, en el área del Alto de Palmarito.
Asimismo, durante la guerra, Antonio Maceo también falleció en combate, en diciembre de 1896.
El duelo acordado nunca se llevó a cabo. Ninguno de estos héroes alcanzó a ver el final de la guerra ni la independencia de la Patria, que los unía en la causa, pero los separaba en lo personal.
La rivalidad entre estos próceres no fue la única que se dio durante la revolución. El propio Ciro Bianchi documenta duelos como el de Juan Gualberto Gómez con el periodista Ignacio Sola en 1893 (que fue ganado por Juan Gualberto), así como otros ocurridos algunos años antes, como el reto de Agramonte a Céspedes durante la Guerra de los Diez Años. Sin embargo, el Padre de la Patria decidió esperar a que finalizara la lucha contra España para llevar a cabo el duelo. Este encuentro nunca se efectuó, ya que ambos líderes mambises perdieron la vida en el transcurso de la guerra.