Texto: Darcy Borrero
De acuerdo con un informe de David Shepardson publicado por la agencia Reuters, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos anunciaron este lunes que suspenderán temporalmente, a partir del 14 de julio, la importación de perros provenientes de 113 países considerados de alto riesgo por rabia canina. Cuba figura entre estos 113 países.
La suspensión, menciona el reporte, aplica a todos los perros, abarcan cachorros y aquellos que han salido de Estados Unidos y regresado en los últimos seis meses desde países catalogados como “de alto riesgo”.
Los CDC describieron la medida como “temporal” y “esencial para asegurar la salud y seguridad de los perros importados a Estados Unidos, además de proteger la salud pública frente a la posible reintroducción de la variante del virus de la rabia canina en el país”.
Emily Pieracci, una oficial médica veterinaria de los CDC citada por Reuters, aclaró que durante el último año, influenciado por la COVID-19, se ha observado un “aumento significativo en la cantidad de perros importados que presentan certificados de vacunación contra la rabia fraudulentos o falsificados”.
Además de Cuba, otros países en la lista de 113 considerados “de alto riesgo” para la importación de animales a Estados Unidos incluyen: Rusia, China, India, Brasil, Perú, Kenia, El Salvador, Guatemala, Bielorrusia, Afganistán, Arabia Saudita, Pakistán, Jordania, Ecuador, Malasia, Indonesia, Nigeria y Arabia Saudita.
Pieracci agregó que durante la pandemia de COVID-19 se suspendieron o cancelaron numerosos programas de vacunación de perros alrededor del mundo.
La veterinaria también mencionó el aumento notable de casos de rabia canina en Haití y Perú como consecuencia de la reducción en la vacunación de perros. “Dada la repercusión que COVID ha tenido en estos programas de vacunación a nivel global, realmente no estamos seguros de cómo será el panorama de la rabia en el futuro”, comentó la experta.
En Cuba, los grupos dedicados a la protección y bienestar animal han crecido en los últimos años. Recientemente se aprobó un Decreto Ley del Ministerio de la Agricultura que proporciona un marco regulatorio para el cuidado de los animales en la isla, abarcando desde las mascotas y su bienestar emocional, hasta los animales utilizados en investigaciones científicas y trabajos de fuerza, como en el transporte público de ciertas localidades. En medio de este contexto, ha llamado la atención mundial una campaña impulsada por Humane Society International (HSI), que se volvió viral en redes sociales bajo el hashtag #SaveRalph. El video, protagonizado por un conejo llamado Ralph, utilizado como animal de laboratorio en pruebas cosméticas, culmina con la declaración de que “ningún animal debe sufrir y morir en nombre de la belleza”.
El esperado Decreto Ley de Bienestar Animal en Cuba establece diversas normativas para el tratamiento de los animales. En su artículo 5, especifica que las personas naturales y jurídicas, que sean propietarias, tenedoras o poseedoras de animales, deben atender a las necesidades básicas de los mismos, de acuerdo a su especie y categoría. Sin embargo, este marco legal ha generado controversia, ya que prohíbe el ejercicio privado de la medicina veterinaria en un país donde las clínicas estatales escasean y son numerosos los animales callejeros, de los cuales se encargan colectivos ciudadanos.
Previo a esta medida preventiva de prohibir ingresos de animales de 113 países, el CDC había estimado que aproximadamente 1.06 millones de perros son importados a Estados Unidos cada año. Se espera que la restricción de importaciones dure un año, y se calcula que afectará a alrededor del 6% de los perros importados.
Un problema adicional se presenta: “debido al impacto de COVID-19 en los horarios de vuelos, los perros a los que se les niega la entrada enfrentan períodos más prolongados de espera para ser devueltos a su país de origen, lo cual puede provocar enfermedades e incluso la muerte en algunos casos”, reconoció el CDC.
Aunque la rabia canina se considera erradicada en Estados Unidos desde 2007, aún es común en muchos países y causa 59,000 muertes anuales en todo el mundo, según Reuters. Estas muertes se pueden prevenir con vacunación antes de que aparezcan los síntomas.
La agencia también destaca que los perros en Estados Unidos pueden seguir infectándose a través de mapaches, zorrillos o murciélagos, aunque no pueden contraer la rabia específicamente transmitida de un perro a otro.