Foto: RRSS
Texto: Hugo León
A medida que las protestas antigubernamentales continúan en Venezuela y persiste el rechazo internacional a los resultados de las últimas elecciones supuestamente ganadas por Maduro, Estados Unidos intensifica su presión al confiscar un avión presidencial perteneciente al mandatario venezolano.
El Departamento de Justicia de EE. UU. anunció la incautación de un avión que era utilizado por el presidente de Venezuela, el cual se encontraba en República Dominicana en el momento de la confiscación. La aeronave fue trasladada rápidamente a Florida.
La incautación se llevó a cabo por “violaciones a las leyes de control de exportaciones y sanciones estadounidenses”, según fuentes del gobierno norteamericano.
Yvan Gil, el canciller de Venezuela, expresó su condena ante esta acción, acusando a Estados Unidos de llevar a cabo una práctica “criminal” y describiendo la situación como un acto de piratería.
En su comunicado, el gobierno venezolano se reserva el derecho de tomar acciones legales para buscar reparaciones por los daños causados por esta medida.
El avión fue confiscado el lunes 2 de septiembre, tras haber sido adquirido “ilegalmente” por 13 millones de dólares a través de una empresa fantasma, y habiendo sido sacado de contrabando de Estados Unidos para ser utilizado por Maduro y sus allegados, según reza la nota de prensa del Departamento de Justicia.
Según esta fuente, a finales de 2022 y principios de 2023, personas vinculadas a Maduro supuestamente utilizaron una empresa fantasma con base en el Caribe para ocultar su participación en la ilegal compra del avión Dassault Falcon 900EX.
Posteriormente, en abril de 2023, el avión fue exportado de manera ilegal desde Estados Unidos a Venezuela, pasando por diversas escalas antes de llegar a Caracas.