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El gobierno de Cuba renegoció el viernes su deuda con el Club de París, que constituye la segunda mayor deuda de los países de América Latina y el Caribe, ante una representación de las 14 naciones acreedoras, liderada por su presidente Bertrand Dumont.
Ricardo Cabrisas fue nuevamente el encargado de llevar a cabo las negociaciones, pareciendo ser la única persona en la isla responsable de gestionar las deudas y establecer alianzas con otros gobiernos. Él pactó la firma de un acuerdo que ofrece a Cuba «un mejor espacio para cumplir con sus compromisos en el complicado panorama económico que enfrenta».
De acuerdo con medios oficiales, la parte cubana compartió la difícil situación que atraviesa la nación antillana, los factores que influyen en ella y las medidas implementadas para mitigarla.
Además, se reiteró el compromiso de honrar las obligaciones adquiridas y realizar los esfuerzos necesarios en esa dirección, un discurso que resulta contradictorio dada la compleja crisis económica que enfrenta el país.
Al cierre de 2023, según información publicada por el Club de París, la deuda de Cuba ascendía a 4,620 millones de dólares, por lo que se proporcionaron «condiciones más favorables» para el cumplimiento de sus obligaciones.
El informe indica que 259 millones de dólares de la deuda cubana son atribuibles a cantidades otorgadas a La Habana por instituciones como ayuda oficial al desarrollo, mientras que el resto corresponde a ayuda no oficial al desarrollo.
El último encuentro entre Cuba y el Club tuvo lugar en 2023, cuando este último sugirió establecer un nuevo calendario para el cumplimiento de los pagos de la deuda.
En 2020, se reveló que la deuda externa de Cuba alcanzaba los 19,700 millones de dólares. Desde entonces, no se han proporcionado más datos oficiales y públicos sobre este asunto.