Foto: Yamil Lage / AFP
El dengue, una epidemia que las autoridades sanitarias y gubernamentales habían mantenido en silencio en Cuba, ha ido en aumento en las últimas semanas y actualmente se suma a los problemas generados por el COVID-19. Según los indicadores presentados recientemente por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), la isla se encuentra en condiciones de asumir la llamada nueva normalidad.
“Durante siete semanas consecutivas se ha observado un incremento en la tasa de incidencia del dengue. Todas las provincias han reportado casos de la enfermedad, situación que es común en septiembre, octubre y noviembre, meses que suelen ser los más complicados. Esto corresponde a su ciclo biológico, aunque puede ser modificado. Hoy contamos con los recursos necesarios para combatirlo; tenemos la capacidad de revertir la situación”, aseguró el ministro del MINSAP, José Ángel Portal Miranda, en una reunión con el Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno, según lo publicado por el periódico del partido comunista, Granma.
Ante el aumento de casos de dengue a nivel nacional, Portal Miranda consideró que se trata de un comportamiento habitual para esta época del año. Sin embargo, los cubanos están acostumbrados a resistir la enfermedad, especialmente durante los meses de verano, julio y agosto, desde la llegada del virus a la isla. “No es un secreto que esta es la etapa en la que debemos prestar la máxima atención a esta enfermedad”, comentó.
Señaló que las provincias más afectadas por el dengue son Camagüey, La Habana, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba y Holguín, y enfatizó la importancia de “buscar los casos, aislar y tratar”.
Recordó que el dengue puede confundirse con el COVID-19 debido a la similitud de sus síntomas, ya que ambas son enfermedades virales. Enumeró las acciones conocidas por los cubanos para su contención, que van desde el control de focos hasta la eliminación de criaderos del mosquito Aedes Aegypti, según lo reportado por el medio.
Días antes, durante una comparecencia televisiva del MINSAP para actualizar la situación del coronavirus en Cuba y en el mundo, la doctora Lissette López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría de la entidad sanitaria cubana, resaltó que el control del COVID-19 logrado en las últimas semanas “ha permitido que aflore otras enfermedades infecciosas que normalmente afectan a Cuba en esta época del año”, refiriéndose a las arbovirosis, entre las que se encuentran el dengue, zika y chikungunya.
“Ante esta situación, la especialista advirtió que las medidas de prevención, tanto para la población pediátrica como para los adultos, deben extenderse más allá del SARS-CoV-2”, insistiendo en que el aumento en el país del dengue y otras enfermedades infecciosas también deben ser tratados con la misma rapidez que el COVID-19, ya que requieren atención médica y una estricta vigilancia de los pacientes que presenten síntomas.
En el contexto de la pandemia de coronavirus que ha afectado severamente a la isla en los últimos meses, el doctor Osvaldo Castro Peraza, Máster en infectología y enfermedades tropicales, ya había señalado la importancia de tener en cuenta la presencia del dengue, una enfermedad transmitida por la picadura del mosquito Aedes Aegypti, que prevalece en el país y cuyo riesgo de aumento de incidencia es alto en los próximos meses debido a su comportamiento habitual.
Castro Peraza, especialista en medicina interna y jefe de Servicios de Medicina y Consulta Externa del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) en La Habana, señaló que el COVID-19 podría confundirse con el dengue; sin embargo, existen diferencias significativas en su transmisión, ya que el coronavirus se contrae por vía respiratoria y el dengue por la sangre. Los síntomas iniciales son similares: fiebre, malestar general y ciertas diarreas, lo cual puede dificultar el diagnóstico diferencial, según un reporte de la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Además, la Doctora en Ciencias María Guadalupe Guzmán Tirado, jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del IPK, afirmó que las personas solo obtienen inmunidad total ante el dengue si se infectan con los cuatro serotipos del virus, teniendo en cuenta que los anticuerpos son específicos para el virus que causó la infección.
“Cuba ha mantenido vigilancia sobre esta enfermedad durante varias décadas, en los aspectos clínicos, epidemiológicos, entomológicos y de laboratorio, además de llevar a cabo vigilancia molecular y virológica para identificar el tipo de patógeno a través de pruebas de PCR en el IPK, que actúa como centro de referencia, y en los Laboratorios de Higiene, Microbiología y Epidemiología de las provincias de La Habana, Villa Clara y Santiago de Cuba”.
Esta centralización del análisis en dichas instituciones científicas provoca que el sistema de salud cubano, especialmente los hospitales, no cuenten con los recursos necesarios para diferenciar otras virosis, como la influenza, en sus etapas más agudas o graves. Cuando los pacientes logran recuperarse, muchas veces no conocen la causa exacta de su contagio, ni sus familiares.
Cuba Noticias ha sido testigo de que en hospitales habaneros como el Hermanos Amejeiras o Manuel Fajardo no se ha podido concluir con el diagnóstico que ha sufrido el paciente, a pesar de los esfuerzos del personal médico.
Asimismo, los pacientes recuperados de dengue y otras arbovirosis suelen quedar con secuelas que no pueden ser tratadas adecuadamente en los centros hospitalarios e institutos cubanos, donde, debido a la falta de equipamiento y otros dispositivos médicos, reciben como única respuesta la frase: “tienes que aprender a vivir con ellas”.
En 2019, la OMS clasificó al dengue entre las 10 enfermedades de mayor importancia a nivel global. En las últimas décadas, el número de enfermos ha aumentado debido a la proliferación de mosquitos y a las condiciones que favorecen su crecimiento, así como al constante movimiento de la población, resaltan los expertos.
Se estima que más de un tercio de la población mundial está en riesgo de contraer la enfermedad, con alrededor de 390 millones de infecciones anualmente. En lo que va del año, se han diagnosticado poco más de 900 mil contagios en la región, cifra que probablemente sea mayor, ya que la emergencia sanitaria por el COVID-19 dificulta la identificación de todos los infectados.