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Texto: Alejandro Varela
El gobierno británico ha tomado medidas drásticas. Este jueves, el gabinete liderado por el primer ministro Boris Johnson ordenó congelar los activos de siete oligarcas rusos de alto perfil en el Reino Unido, entre los que se encuentra Roman Abramóvich, propietario del club de fútbol Chelsea.
No solo se ve afectado el proceso de venta que el magnate anunció la semana pasada y para el cual había contratado a una empresa estadounidense. Mientras se mantengan vigentes las medidas anunciadas, el equipo enfrentará severas restricciones en la comercialización de merchandising y entradas, además de ser incapaz de realizar nuevas incorporaciones o contratos.
En resumen, el club «blue» solo podrá salir a la cancha para jugar sus partidos, mientras que sus ingresos se verán significativamente afectados. De haber sido campeones de Europa y del Mundial de clubes, ahora enfrentan una mancha seria por problemas ajenos al ámbito deportivo.
Los directivos del club emitieron un comunicado afirmando que «disputaremos los partidos de nuestro equipo masculino y femenino hoy contra Norwich y West Ham, respectivamente, y tenemos la intención de iniciar conversaciones con el gobierno del Reino Unido sobre el alcance de estas medidas».
El comunicado añadió que también solicitarán «permiso para ajustar las medidas con el objetivo de permitir que el club opere con la máxima normalidad posible. Además, buscaremos orientación sobre el impacto de estas acciones en la Fundación Chelsea y su importante trabajo en nuestras comunidades», se indicó en la nota.
Las sanciones contra Abramóvich han sido exigidas persistentemente durante las últimas dos semanas por la oposición británica del Partido Laborista, varios diputados conservadores y organizaciones de transparencia y anticorrupción.
Además de acelerar la venta del Chelsea, su activo más valioso y por el que alcanzó la fama hace 19 años, el oligarca también ha comenzado a desprenderse de otras propiedades en el Reino Unido. Según el gobierno británico, su patrimonio total se estima en 11 mil 200 millones de euros.
De acuerdo con informes de prensa, el multimillonario de 55 años es propietario de una mansión de 15 dormitorios en la exclusiva calle londinense de Kensington Palace Gardens, valorada en más de 135 millones de euros, así como de un ático de tres plantas en el Chelsea Waterfront de la capital, cuyo coste se estima en casi 20 millones.
