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El gobierno cubano ha afirmado que el MLC, una moneda nacional respaldada por divisas, no desaparecerá a pesar de la introducción del dólar estadounidense en el sistema económico del país para las transacciones en los comercios estatales.
Durante el programa estatal Mesa Redonda, el vicepresidente del Banco Central de Cuba comunicó que las cuentas en MLC se mantendrán activas y que «los bancos están comprometidos con sus clientes a cumplir con las obligaciones, ya sea a partir de los fondos actuales o de aquellos que puedan tener en el futuro».
No obstante, estas promesas no se reflejan en la realidad. Es bien sabido que las instituciones bancarias cubanas carecen de los fondos necesarios para atender las solicitudes de divisas que realizan los ciudadanos. La frase «No tenemos» se ha vuelto una constante.
En relación al MLC, el funcionario señaló que las tarjetas asociadas a estas cuentas continúan vigentes y funcionales en la red correspondiente, agregando que los bancos explorarán alternativas para mejorar sus servicios y opciones.
LLEGARON LA CLÁSICA Y EL DÓLAR Y MANDARON A PARAR
Dos nuevas modalidades de pago se han sumado al intrincado sistema económico de Cuba: la tarjeta Clásica, emitida por Fincimex, y el uso de pagos en dólares en efectivo.
El vicepresidente del Banco Central de Cuba destacó que «estas tarjetas son principalmente para compras ocasionales en los comercios», una afirmación que recuerda a la de 2021 cuando el ya destituido Alejandro Gil aseguraba que las tiendas en MLC no dominarían el mercado y que, gracias a sus ingresos, se fortalecería la moneda nacional. La historia parece estar repitiéndose.
Respecto a la decisión de permitir compras directamente con dólares en efectivo, explicó que es una manera de captar rápidamente divisas, lo que podría facilitar la aceptación del dólar en ciertos comercios donde se han creado las condiciones necesarias.
Sin embargo, la justificación sorprendió a muchos: «dentro del proceso de bancarización, el efectivo también se considera un medio de pago, y es el cliente quien decide cómo pagar».
Reconoció la cantidad excesiva de efectivo que circula fuera del sistema bancario, no solo en moneda nacional sino también en divisas, y argumentó que esta medida facilitará que quienes posean dólares puedan utilizarlos para adquirir productos en este contexto.
En esta nueva estrategia, el gobierno cubano mantiene desprotegido a un segmento significativo de la población, pues no se puede continuar promoviendo una economía dolarizada en la que solo una minoría cuenta con poder adquisitivo real.