Foto: Comité Olímpico de Nueva Zelanda
Texto: Alejandro Varela
Laurel Hubbard será recordada como la primera atleta transgénero en competir en unos Juegos Olímpicos. Esta noticia fue anunciada este lunes por el Comité Olímpico de Nueva Zelanda (NZOC), país que representará a la halterista en la competencia de halterofilia.
Laurel, cuyo nombre anterior era Gavin hasta cumplir los 30 años, logró su clasificación a Tokio 2020 a través del ranking internacional de la Federación Internacional de Levantamiento de Pesas (IWF) y competirá en la categoría de 87 kilogramos, donde ya ha cosechado varios premios en torneos internacionales previos.
«Estoy muy agradecida por la amabilidad y el apoyo que me han brindado tantos neozelandeses», expresó la halterista, de 43 años, quien inició su proceso de reasignación de sexo en 2012. Por su parte, el Comité Olímpico de Nueva Zelanda detalló que Hubbard ha cumplido con los criterios de elegibilidad de todas las organizaciones internacionales pertinentes, incluyendo los relacionados con el cambio de sexo.
«Reconocemos que la identidad de género en el deporte es un tema muy delicado y complejo que necesita equilibrar los derechos humanos con la equidad en la competición», comentó Kereyn Smith, directora general del NZOC.
La funcionaria agregó que Nueva Zelanda fomenta una sólida cultura de inclusión y respeto por todos, y que están comprometidos a apoyar a todos los atletas elegibles, asegurando su bienestar físico y mental, así como sus necesidades de alto rendimiento durante su preparación y participación en los Juegos.
Aunque la decisión ha sido recibida positivamente en muchos sectores de la sociedad a nivel mundial, también ha suscitado reacciones de rechazo, incluso dentro del ámbito deportivo. Recientemente, la atleta belga Anna Vanbellinghen, competidora de Hubbard en la misma categoría, expresó que sería injusto que la neozelandesa compitiera en Tokio, calificando la situación como una burla de mal gusto.
«Cualquiera que haya entrenado levantamiento de pesas a un alto nivel sabe que esto es cierto; esta situación es injusta para el deporte y los atletas. Se pierden oportunidades que pueden cambiar la vida de algunos competidores, así como medallas y clasificaciones olímpicas», afirmó la levantadora de pesas europea en mayo pasado.
No obstante, la controversia respecto a su participación en competencias viene de lejos. En 2019, Hubbard se llevó la medalla de oro en los Juegos del Pacífico celebrados en Samoa, donde venció a una representante del país anfitrión. Este episodio generó indignación y llevó al director del equipo de pesas de Samoa a afirmar en múltiples ocasiones que la presencia de Hubbard en Tokio sería lo mismo que permitir el uso de sustancias prohibidas.
La realidad es que, tarde o temprano, los deportistas transgénero iban a competir en los Juegos Olímpicos. La posibilidad se habilitó cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) modificó sus normativas en 2015, permitiendo a los atletas trans competir en la categoría femenina si sus niveles de testosterona estaban dentro de parámetros determinados que no les otorgaran ventaja. Lo singular en este caso es que Hubbard, además de ser la primera en romper esta barrera, tiene posibilidades reales de alcanzar el podio, lo que haría aún más significativa su historia.